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Elecciones

El 'pilarismo' concluye su ciclo en Jerez

  • Tras su racha triunfal, Pilar Sánchez deja en el aire su continuidad en la política

El pilarismo pasó a la historia en Jerez tras cuatro años de mayoría absoluta después de una aplastante victoria en las municipales de 2007. El “caballo ganador”, en palabras del presidente de la Junta y secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, sucumbió en la jornada electoral de ayer al empuje popular y a la ola inapelable del cambio que ha abocado a los socialistas de la ciudad a su suelo de votos más bajo de la historia democrática de Jerez, aunque ‘in extremis’ logró equiparar los cinco ediles que obtuvieron en 1995. Sánchez, al borde de las lágrimas, puso anoche su cargo a disposición del partido y ya ha corrido el rumor de que parece casi imposible que lidere al que ahora pasará a ser el principal grupo de la oposición, el PSOE, que necesariamente tendrá que analizar esta abrumadora derrota y comenzar su proceso interno de regeneración tras un periodo de convulsiones sobrevenido, especialmente, a raíz de la rebelión de una mayoría de concejales con la forma de gestionar y liderar el equipo de Pilar Sánchez, con una forma muy personalista de entender la política y sus relaciones con los compañeros de partido.

“Esto ha sido demasiado duro, nos han destrozado hasta en nuestros propios feudos, como La Granja o la zona Sur”, aseguraba anoche uno de los miembros destacados de la candidatura socialista. “Se ha expresado el malestar legítimo de los ciudadanos y lo aceptamos”, expresó con pesar la exalcaldesa, que logró derrotar a Pacheco en 2003 y ser munícipe jerezana en solitario desde marzo de 2007, cuando cesó al antiguo dirigente andalucista como socio de gobierno y alcanzó pocos meses después la mayoría absoluta. 

“No teníamos que haber llegado hasta aquí, en Jerez este fracaso tiene responsables institucionales y orgánicos: Sánchez y Lebrero”, comentaba uno de los delegados díscolos del equipo de la socialista, que también lamentó la falta de “autocrítica” de la gran derrotada del 22-M en Jerez. El pilarismo, que colocó al PSOE en las mieles del triunfo en una ciudad inexpugnable por décadas de pachequismo, sitúa al partido en posiciones paupérrimas, con un futuro desfigurado y con una legión de colmillos retorcidos que se regodean al tener ya la certeza de lo que tanto tiempo barruntaron: una hecatombe monumental en la quinta ciudad de Andalucía, uno de los últimos bastiones del socialismo en la región que ayer se escapó para entregarse por entero a la enorme ola del Partido Popular.

El líder provincial, Francisco González Cabaña, sabe desde anoche que al menos la jornada electoral le ha terminado por dar la razón en la capital del Marco, donde siempre vaticinó una abultada derrota de los suyos (o no tan suyos) que ha terminado por confirmarse. Si hace unas semanas dijo, cuando se conoció que la maniobra para descabalgar a Sánchez por el arquitecto Manuel Ángel González Fustegueras había sido abortada, que “el caballo ganador no ha podido tomar la salida”, ayer le devolvió la bofetada sin manos a su jefe regional, que el pasado martes en Jerez proclamó que Sánchez volvería a ganar en Jerez, pues es “caballo ganador”. El hundimiento socialista pone de manifiesto una vez más que más sabe el diablo por viejo que por diablo.

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