El futuro del Ayuntamiento de Granada y de la Diputación provincial pasa por los pactos. El escenario político que dibujaron ayer los resultados electorales dista mucho del que afrontaron los granadinos hace cuatro años. El indudable desgaste del PP a nivel nacional -al que se suman decisiones controvertidas en la capital, como la implantación de un nuevo sistema de transporte que ha convencido a pocos- y la irrupción de los nuevos partidos ha terminado por arrebatar la mayoría absoluta a los populares, que han gobernado con soltura en la capital durante los últimos tres mandatos y en la provincia durante la última legislatura.

En la capital, el popular José Torres Hurtado ha pasado en tan sólo cuatro años de acaparar el 51,87% de los apoyos (60.519 votos) a contentarse con un 35,37% (39.063) y tener que iniciar un periodo de negociaciones con otros partidos para poder mantener la Alcaldía. Ciudadanos parece ser la opción más deseable. Con cuatro ediles y un 14% de los sufragios, la formación liderada por Luis Salvador se ha convertido en la llave del gobierno, ya que también sería clave en una hipotética coalición con el PSOE -que se mantiene como la segunda fuerza política, con ocho concejales- y Vamos Granada (Podemos), que se estrena con tres concejales y 12,71% de los votos. IU, por su parte, se queda con un solo concejal y UPyD pierde su representación tras ser el partido emergente en 2011.

En la provincia, el PSOE tiene en su mano recuperar la Diputación, aunque, con 11 diputados, también tendrá que pactar con IU -que a nivel provincial sí que gana fuerza y logra dos diputados- y Vamos, con un representante. El PP ha pasado de contar con 14 diputados a tener sólo 11.