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Elecciones Andalucía

El niño que jugaba a ser Julio Anguita

EL candidato de Izquierda Unida a la Alcaldía de Sevilla tiene sólo 27 años, es ingeniero informático y trianero con un referente claro en política: Julio Anguita. Detrás de su alias @rojosevillano con el que aparece en las redes sociales hay un tipo muy tranquilo al que le gusta escribir y pintar, así como la jardinería y los gatos.

Daniel González Rojas (Sevilla, 18 de marzo de 1988) fue el pionero de su familia en meterse hasta los huesos en el Partido Comunista cuando todos en su casa votaban al PSOE. Le apasiona la política desde que era niño, tanto que con siete u ocho años jugaba con los clicks de Playmobil a que uno era Felipe González, otro Aznar y otro Julio Anguita y escuchaba en la radio los debates del estado de la nación con su abuelo. "Mi padre se enfadaba y decía ¡qué hace el niño jugando a esas cosas!", relata mientras se ríe a carcajadas. Procede de una familia que nada tiene que ver con la política y ahora dice que todos votan a Izquierda Unida.

Eligió entrar en el partido debido a su admiración por el político cordobés Julio Anguita, líder natural de la izquierda. Dio el paso de afiliarse al día siguiente de la noche electoral en la que dimitió Gaspar Llamazares en 2008. De su referente y de Cayo Lara, al que también admira, destaca el discurso ideológico fuerte que no suena a viejo y a ellos quiere parecerse con el deseo de trabajar por este proyecto de izquierdas. Rechaza que los gobiernos sean hoy en día la extensión de un consejo de administración y dice que en Sevilla el gobierno de Zoido es el consejo de administración de Ikea, de Altadis, de Sevilla Park...

Se define como una persona muy tranquila con las ideas muy claras pese a su juventud. No teme a nada. Hace unos días lo demostró pasando dos horas con doce periodistas que lo sometieron a un tercer grado. Confiesa que a la hora y media estaba agotado de responder a preguntas sobre posibles pactos, pero aguantó el tirón y recibió elogios, comenta. Felipe Alcaraz, histórico dirigente del PCE y ex diputado, ha dicho de él que es "el mejor candidato para el momento actual".

Salió elegido candidato con el 89% de los votos de los militantes, un 2% en contra y un 9% en blanco. Algunos de éstos aseguran que su punto débil es la falta de experiencia laboral y política. Ha trabajado de profesor de alfabetización digital dando clases a enfermeras del Hospital Macarena, y también como ingeniero programador. Su reto es la docencia en la Universidad. En la Junta de Andalucía fue coordinador de derechos de la ciudadanía, participación y voluntariado que estuvo trabajando en el texto de la Ley de participación ciudadana que se quedó en anteproyecto tras la disolución del Gobierno andaluz de coalición.

A la pregunta de cómo afronta el reto de ser candidato tan joven, González Rojas afirma que está muy tranquilo y con mucha ilusión y que la mayor fortaleza de IU es su programa y la candidatura plural. Responde que pese a su juventud su trayectoria como militante comenzó en el Partido Comunista a los 18 años, y conoce bien los temas del gobierno municipal y de la oposición al haber ocupado los cargos de responsable de comunicación a nivel local y portavoz de IU en la junta municipal del distrito de Triana.

Es miembro del Consejo Andaluz de IULV-CA. Con los medios de comunicación su experiencia se reduce a sus intervenciones como coordinador de Aleas (Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual) de Izquierda Unida, puesto que mantiene actualmente.

Se ve seguro en los debates: afirma que era el único que sacaba de quicio al delegado de Triana Curro Pérez (PP), sobre todo cuando llevó la propuesta de que se recordara en el aniversario de la Segunda República (14 de abril) con una placa conmemorativa el asesinato de vecinos de Triana entre la calle Pelay Correa y Rodrigo de Triana, un trágico suceso que quedó recogido en fotografías donde se ve a mujeres brazos en alto rindiéndose y la calle llena de muertos. La propuesta incluía aplicar la Ley de la Memoria Histórica para quitar las placas del sindicato vertical del franquismo que siguen en la fachada de las viviendas de la barriada del Carmen .

Desde el blog Al otro lado del Guadalquivir que tenía llegó a recibir amenazas de entidades por defender a la edil Medrano y tuvo que denunciarlas en juicios que ganó. Le gusta debatir siempre con datos. Se entretuvo en demostrar en internet que José Luis Centella era el diputado que más mociones había presentado en el Congreso de los Diputados contándolas una por una y demostró que era el que más había trabajado. Con esa defensa de los datos, señala que Izquierda Unida no promete sino propone.

Detesta la política de acoso y derribo que únicamente busca machacar al contrincante por el mero hecho de la diferencia ideológica, como cuando le sacan a relucir las famosas gambas de la foto de Torrijos. "¿No tienen argumentos para rebatirme mis ideas y me tienen que sacar las gambas? Siempre decimos que cuando te sacan las gambas es que vas ganando el debate. No se pueden agarrar a otra cosa. Y curiosamente si amplías la foto había como doce comensales, pero sólo sacan a Torrijos por la campaña que hicieron contra él", lamenta.

Como facetas más personales, parece tímido pero se comporta con arrojo y templanza. Por sus rasgos físicos (ojos negros grandes, rajados y tez morena) le han confundido siempre con un ciudadano marroquí aun cuando toda su familia es trianera y por parte de los abuelos proceden de El Plantinar y del barrio de Santa Cruz. También podría pasar a primera vista por venezolano con rasgos del desaparecido presidente Hugo Chávez.

El primer día del instituto los compañeros pensaron que era el único alumno marroquí que aparecía en el listado de la clase y los inmigrantes que venden ropa por la playa le hablan en árabe como si fuera compatriota nada más verlo. Cuenta que hasta su pareja pensó lo mismo cuando lo vio en el Arzobispado de Sevilla pidiendo la partida de bautismo para apostatar de la religión católica. Será la sangre mora que corre por las venas de los andaluces, dice. Al menos por parte de padre, de quien decían cuando tenía barba que se parecía a Ben Laden.

En sus momentos libres, que son pocos, le gusta escaparse a la playa de Chipiona, a casa de sus abuelos. Confiesa que el mar le entusiasma y le emociona y no puede pasar mucho tiempo sin ir allí.

Le gusta vivir la Semana Santa. Lo ha hecho desde que era muy pequeño pero ya prefiere vivirla desde fuera. Ha sido hermano de la Hermandad del Museo desde el día siguiente a su nacimiento y monaguillo.

Sus virtudes: la tranquilidad, ser una persona transparente a la que se le nota todo en la cara y la capacidad de estudio. Como defectos cita el gusto por tenerlo todo atado y organizado, por querer arreglar las peleas con alguien en el momento de producirse y no aprovechar el tiempo lo suficiente en ocasiones.

En la música, Luz Casal e Ismael Serrano. Su episodio preferido de la Historia es la Revolución Francesa.

Se lamenta ahora de haber sacado la carrera estudiando lo imprescindible y de no haber trabajado más a fondo por notas brillantes teniendo capacidad. Dice que cuando pasen los ocho años de esta etapa política proseguirá con los estudios. Quiere hacer el doctorado en Ingeniería Informática cuando acabe el máster que comenzó por la UNED a falta sólo de una asignatura y del trabajo final. Se queja de los 1.500 euros que tenía que pagar con la subida de tasas.

Entre sus aficiones siempre le ha gustado escribir, pintar y hasta ha escrito obras de teatro sin afán de publicar. Quiso estudiar Bellas Artes pero pensó que aprovecharía mejor sus capacidades haciendo Ingeniería Informática. Sus referentes fuera de la política son Leonardo da Vincci y Miguel Ángel. En el colegio le decían que era el prototipo de hombre renacentista.

Su sueño es ser profesor de Universidad y jubilarse en el Cabo de Gata con su caballete, su pintura, sus ovejitas, su huertecito, una barca y su gata. Con eso dice que sería feliz.

Daniel gonzález rojas

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