A diestro y siniestro

Apertura española

LOS tres del bloque constitucional se provocan al ajedrez. Rajoy, empecinado en su defensa siciliana, repite que el candidato más votado debe ser el inquilino de La Moncloa, porque es lo más democrático. Quiere seguir en el cargo, aunque su apoyo no llegue al 20% del censo. Jordi Sevilla ofrece una apertura cerrada para que Sánchez encabece el Gabinete: quien tenga más apoyo parlamentario, porque es lo más constitucional. Pero esa fórmula de PSOE+Ciudadanos no llegó al 37,5% de los escaños en la pasada legislatura. Rivera hace una apertura española con todos los avíos: gran coalición PP-C's-PSOE, con él en el centro. Y sin Rajoy. El señor mayor que le reñía el lunes a los jóvenes inexpertos, diciendo que esto es muy difícil, recibe como respuesta de que tiene que pagar con su cabeza la corrupción en el PP, para desbloquear la formación de Gobierno. Incluso el cuarto en discordia saca una jugada antigua, un gambito de rey. Iglesias pasa de la cal viva al dulce de leche: el presidente Zapatero ya no es el enemigo del pueblo que se arrodilló ante Merkel, la gran banca y los mercados para meter a España en la austeridad y la estabilidad presupuestaria. No. ZP es el mejor presidente de la democracia. Con un par... de peones.

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