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Alberto garzón. Número cinco de unidos podemos por madrid

"A Sánchez le pusieron una camisa de fuerza para no pactar con los rojos"

  • El coordinador federal de IU afronta optimista los comicios del domingo, aunque reconoce que necesitarán los escaños del PSOE si quieren desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa

-¿Es distinta esta campaña?

-Sí, porque no se trata de una repetición de elecciones. La coalición lo ha cambiado absolutamente todo. Las dificultades que tuvimos el 20-D para ir juntos se superaron en los meses de negociaciones. Cuando el PSOE se levanta de la mesa a cuatro para pactar con Ciudadanos, el resto de partidos nos quedamos con la obligación de intentar un Gobierno de izquierda por la vía del acuerdo.

-En diciembre dijo que no hubo confluencia porque Podemos había girado al centro.

-Podemos renunció a la confluencia, pero han cambiado las condiciones. Después del fracaso de la mesa a cuatro Podemos entendió que si queríamos tener una oportunidad teníamos que ir juntos.

-Pero las posturas son las mismas que en el 20-D.

-Sí. Somos organizaciones diferentes pero cuando pactamos pensábamos en la Lomce, la ley mordaza, los desahucios y en las soluciones que teníamos que poner en marcha. Sería más cómodo ir solos. Habríamos evitado contradicciones y tensiones internas, pero tendríamos un gobierno del PP y Ciudadanos después del 26-J.

-¿Dónde están las tensiones a las que se refiere?

-En la gente que no quería el acuerdo, pero cuando lo pusimos en marcha decidió la militancia. Conseguimos un 87% de apoyos en la consulta de IU, por encima de lo que esperábamos.

-¿Teme haber decepcionado a los votantes históricos de IU?

-Siempre pongo el ejemplo de mi padre. Mi padre no quería la confluencia. Hay a quien no le resulta atractivo el pacto, pero acaba entendiendo que es el mejor instrumento para que no gobierne Rajoy y lo hagamos nosotros. Además, son personas que no se van a quedar en casa. Van a ir a votar sabiendo que el acuerdo es lo mejor en las circunstancias actuales.

-El acuerdo se basa en 50 puntos. ¿Son medidas comunistas o socialdemócratas, como ahora defiende Podemos?

-Nos han intentado llevar a un debate de etiquetas y yo soy muy enemigo de las etiquetas. Cuando me preguntan digo muy claramente cómo me siento, pero son cuestiones de identidad. Al final lo importante es el programa. Son medidas que permiten salir de la crisis, aspirar a un país donde merezca la pena vivir. Cada uno que después las interprete. Habrá gente que las considere socialdemócratas y otros mucho más radicales y que merecen otra etiqueta.

-¿Van a poder aplicar sus recetas económicas para salir de la crisis en el actual marco de la UE?

-Creo que es viable incluso en los actuales parámetros de la UE, que no nos gustan y que tenemos que cambiar. Se basa en el incremento de los ingresos públicos en tres puntos, para dejarlos en el 42% del PIB. La media europea está ahora en el 48%. Si nuestro plan se basa en mejorar los ingresos públicos y, aun así, quedarían lejos de los de la UE, nadie puede tacharlo de imposible.

-¿Por qué en sus 50 puntos no está su histórica reivindicación de la república?

-No hemos renunciado a la república ni mucho menos, pero la gente primero necesita comer y tener un techo. Tenemos un programa común y luego cada organización vota lo que le parece oportuno.

-¿Han hecho otras renuncias?

-No porque en la negociación hemos buscado los puntos en común. En los ámbitos que no aparecen en el acuerdo se aplica el programa de cada partido, pero lo más probable es que acabemos votando lo mismo.

-¿Puede ser un problema poner en marcha un proyecto de Gobierno desde una coalición que engloba a tantos partidos?

-Al contrario. Es una oportunidad. La confluencia es una propuesta concreta que defiende el derecho a decidir, un modelo federal y no de independencia, pero desde el diálogo. El 20-D ganamos en Cataluña, el País Vasco y quedamos segundos en Galicia. La gente vota eso y no el inmovilismo de Rajoy. Unidos Podemos apuesta por un proyecto de país donde cada uno se sienta cómodo.

-¿Quién es el verdadero contrincante de Unidos Podemos?

-Claramente el PP. Para transformar la sociedad necesitamos ganar. Las encuestas manifiestan que estamos muy cerca del PP y si en estos días los indecisos de izquierda se deciden por Unidos Podemos es posible que el 26-J tengamos una sorpresa. Nuestro adversario es el PP y las políticas de la derecha, pero nos sorprende la actitud del PSOE, que hace una campaña como si nosotros fuéramos los responsables del desempleo y la miseria.

-Pero son enemigos íntimos. Se necesitan para gobernar.

-Nos disputamos el voto del electorado que se siente de izquierdas y quiere un cambio en este país. Tenemos un programa más atractivo, pero no somos enemigos porque somos conscientes de que no va a haber mayoría absoluta y tenemos que tender la mano al PSOE. Nos sorprende que no se hayan atrevido a decir qué van a hacer después del 26-J. Eso es un inconveniente, porque no queremos que la gente vote al PSOE para defender la sanidad pública y ese voto haga a Rajoy presidente. Todos los votantes del PSOE con los que hablo quieren un Gobierno de izquierdas.

-¿Las verdaderas líneas rojas del PSOE son programáticas?

-Las cuestiones programáticas se pueden discutir, pero el problema son sus luchas de poder. Pienso honestamente que Pedro Sánchez intentó formar un Gobierno con nosotros y con Podemos, pero le pusieron una camisa de fuerza y le dijeron "no puedes pactar con los rojos estos". Lo único que le quedó fue hacer un intento a la desesperada con Ciudadanos.

-Las encuestas los sitúan terceros en Andalucía.

-El pueblo andaluz lleva 30 años con esperanza de desarrollarse y tenemos que convencerlo de que el cambio pasa por Unidos Podemos y no por el PP o Susana Díaz. Hay que esperar al resultado, porque hay escaños que se disputan por muy pocos votos Cádiz, Córdoba, Granada y Málaga y podríamos dar una sorpresa.

-¿Qué será de Unidos Podemos después del 26 -J?

-Esto ya no tiene marcha atrás. Si los resultados son buenos va a ser un mensaje muy claro. La ciudadanía premia a la unidad y, por lo tanto, que nadie la deshaga. Esta candidatura es el germen de algo mucho más grande.

-¿Qué papel tendrá ahí IU? ¿No teme que quede diluida?

-Hay que garantizar la autonomía de nuestra organización. Aunque sea buena idea seguir con Podemos, cada uno tiene su singularidad. Como coordinador federal de IU, quiero que se fortalezca, pero no desde el aislamiento.

-¿Qué pasará si no ganan?

-Tendremos que seguir luchando, porque significará que el PP gobierna y eso sería un drama.

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