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Elecciones

El bipartidismo de mitad de campaña

  • PP y Unidos Podemos se ven a sí mismos como las únicas opciones para conformar un nuevo modelo de país El PSOE insiste en el injusto reparto de la PAC realizado por Rajoy

YA queda menos. La campaña electoral se encuentra ya en la mitad de su desarrollo y los partidos doblan su presencia en la calle para dejarse ver. Los grandes nombres que pudieron verse por Córdoba antes de que diera comienzo la previa real de las elecciones del 26-J se ha suavizado durante estos días y los mítines multitudinarios, de bandera y gritos de "¡presidente!", se han venido abajo. Ahora toca la cercanía, los dos besos y el abrazo, el reparto de propaganda con la sonrisa fingida del candidato y recorrerse mercadillos. Cuando pasaron los comicios del 20 de diciembre hubo quien se levantó y contó lo vaticinado: españoles, el bipartidismo ha muerto. Pues no, parece que no. Lo que antes era PP y PSOE y nada más, ahora se ha vuelto PP y Unidos Podemos, y ya está. Cuando se interiorizan las encuestas y se tira de ellas para meter miedo o todo lo contrario, ocurren cosas como ésta. Ya hay quien se olvida de que nació bajo el amparo de destruir el bipartidismo y los hay que se resignan a ser los eternos competidores. Pero hay que tener una cosa en mente, no son dos, ni cuatro, los partidos que presentan listas y más valdría no liar a ese 30% de indecisos que podrían entrar en colapso el domingo cuando lleguen al colegio electoral y vean las banquetas verdes repletas de papeles con más formas que rosas y gaviotas y más colores que morado y naranja.

Aunque los políticos parecen resumirlo todo a los competidores más directos, tiene lógica, y el PP ya no tiene al PSOE como enemigo a batir. Al menos así de claro lo dejó ayer el vicesecretario sectorial del PP, Javier Maroto, quien aseguró que el próximo 26 de junio los españoles tan solo tienen dos opciones de cara a conformar un modelo de país: la de Pablo Iglesias (el hombre por el todo) y la del PP (el partido de la moderación). De moderación, de eso habló Maroto. El exalcalde de Vitoria visitó la sede del Banco de Alimentos cordobés, organización que puso como ejemplo de las políticas sociales, aunque eso habría que planteárselo. Obviando el dato, el popular insistió en eso de la moderación y dejó al resto de partidos (o de partido, en singular, porque sólo se refirió a Unidos Podemos) como todo lo contrario a lo que el PP puede ofrecer. "Quiero mandar un mensaje a las personas de buena voluntad y que se consideren moderados, que además somos mayoría", comenzó, "que confíen de manera útil en el PP", continuó. No se quedó aquí. Todo ello, sentenció, "será garantía de que Pablo Iglesias y sus políticas extremistas no alcancen la Moncloa".

Mucho mensaje hubo en las palabras de Maroto. El voto útil, la garantía que asegura el PP, el extremismo de Iglesias. Los populares continúan así erigiéndose en los garantes de "las certezas y los hechos", según afirmó el propio vicesecretario del PP del País Vasco porque el resto, sentenció, lanza discursos políticos y "no todos los discursos se sujetan más allá de las palabras porque se las lleva el viento".

Pero el PP no es el único partido que habla de sí mismo y de uno más, como si no existieran otros. El que ahora consideran su rival, Unidos Podemos, más de lo mismo. La candidata de la formación al Congreso por Córdoba Antonia Parrado se acompañó de Pedro García quien insistió en la idea de bipartidismo, cuando antes no querían ni oír hablar del término. García repitió las palabras de Maroto pero pronunciadas desde el otro bando y reprodujo el discurso aunque, en este caso, sí se acordó del PSOE. El coordinador provincial de IU recordó a los votantes que es el momento de "decidir hacia donde queremos avanzar: PP o cambio definitivo". Aquí se podría disculpar un tanto a la formación morada (más IU) porque aunque ellos mismos se autoproclaman la alternativa de los populares, después apostillan otro mensaje más y tienden a romper el bipartidismo. Unidos Podemos se acuerda del PSOE, ahora sí, y cada día que salen a la calle hacen un llamamiento a los socialistas para que no se echen en manos ni de populares ni de Ciudadanos.

Tanto García como Parrado recordaron todos los ayuntamientos en los que los socialistas apoyan los gobiernos del cambio y viceversa. La número dos al Congreso de Unidos Podemos en Córdoba puso como ejemplo la gestión de Manuela Carmena y la reducción de deuda que ha llevado a cabo en el Ayuntamiento de Madrid. Unidos Podemos, aseguró, planteará un nuevo sistema de fiscalización "progresivo y justo" para que "el que más tenga, pague más".

Los del PSOE, en este caso, fueron más a su ritmo. Las críticas al PP estaban aseguradas aunque se escuchó poco reproche a Unidos Podemos, casi que ninguno, y eso sí suena más extraño. Los socialistas insistieron en el injusto reparto de la Política Agraria Común (PAC) efectuada por el Gobierno de Rajoy y también en referencia al sector, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, se acordó de la Fundación Agrópolis (ya hacía tiempo que no salía) y su objetivo de redefinirla y que tenga una "utilidad real". Además, durante una visita a la sede de la Asociación de Autónomos de Andalucía (ATA) prometieron más financiación para el colectivo y medidas que faciliten su trabajo.

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