Elecciones

El último, que apague la luz

  • El bar El Pimiento Rojo reunió al número 9 de Unidos Podemos, los 10 de PSOE y PP y el 12 de Ciudadanos. Los cabezas de cartel quieren la Historia, ellos son la intrahistoria.

Los últimos serán los primeros. La cita evangélica era obligada como frontispicio de esta iniciativa del bar El Pimiento Rojo, calle Calatrava, junto a la Alameda de Hércules, que tres días después del debate a cuatro, epílogo del gol de Piqué a la República Checa en la Eurocopa, reunió a cuatro candidatos situados en los últimos puestos de las listas de los cuatro partidos. Una productora independiente con la manija de Pablo Coca grabó la velada.

Agustín Bravo Abreu (Almaraz, Cáceres, 1961) es el más conocido de los cuatro, pero ciertamente no hizo ningún alarde para la galería. Uno más, acorde con el puesto duodécimo que ocupa en la lista de Ciudadanos por Sevilla. Dice que le convenció un programa televisivo que presentaba al que acudió como invitada Inés Arrimadas. Curiosamente, en sus comienzos profesionales coincidió con Ana Blanco, una de las periodistas que animaron el debate de los cuatro candidatos a la Moncloa.

María Luisa Sánchez Trancoso (Cazalla de la Sierra, 1963) concurre por cuarta vez en una lista del PSOE. Y como en las demás ocasiones, siempre en lugares de mucho trabajo y poco lucimiento. Va de número 10. Durante siete años fue concejal en el Ayuntamiento de Cazalla, la misma Sierra Norte de la que procedía la chacina que se sirvió al final. Por tres meses fue diputada en el Parlamento andaluz ocupando el escaño de José Antonio Viera. Acudirá a votar con sus dos hijos.

Alejandro Aguilar Sandino (Sevilla, 1984) es el que tiene la victoria garantizada el próximo 26 de junio. Ese día cumple 32 años. Nació en plena Eurocopa de Francia del año de Orwell. Le sonaba a pasado-ficción el triunfo de Felipe González el 28 de octubre de 1982 con 202 diputados. Es técnico en emergencias sanitarias. Va de número 9 por Unidos Podemos y de número uno por Equo, una de las confluencias. Fue uno de los fundadores de la red andaluza contra el TTIP (Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones).

Pedro González Rodríguez-Albariño (Sevilla, 1991) estudió Derecho. En abril cumplió 25 años. Con veinte primaveras se estrenó como concejal en el Ayuntamiento de Tomares que preside José Luis Sanz. Va de número 10 en la lista del PP. Es secretario de las Nuevas Generaciones en la provincia. Es nieto de Ángel Luis Rodríguez-Albariño, que fuera presidente honorífico de la Federación Andaluza de Fútbol y del comité organizador del Mundial de España 82.

Antonio Chiado se encargó de convocarlos para hablar de política en el bar que regenta Nuria Bautista. Las cervezas llegaron después, como no podía ser menos en pleno bloomsday. En los primeros compases del debate, a los últimos les salió el primero que todos llevamos dentro y se centraron en cuestiones genéricas, alejadas de la modestia de su posición en la lista y de las demandas más cotidianas de la ciudadanía.

En general, les divierte más lo de El Último de la Fila, como el grupo de Manolo García y Quimi Portet, que los últimos de Filipinas. Fue un encuentro cordial. Los primeros quieren escribir la historia, ellos representan la unamuniana intrahistoria. Al final hubo empate, que viene de empatía y en Venezuela es sinónimo de enamorarse. También empataron alemanes y polacos en el partido que se perdieron. Alguien del público evocaba la fotografía de Sergio Ramos subido en lo alto de Piqué para proponer a Vicente del Bosque como candidato a la presidencia del Gobierno. El corazón del bosque, como la película de Manuel Gutiérrez Aragón.

Hubo un tiempo, municipales de 1999, en que Susana Díaz iba de número 10 en la lista socialista al Ayuntamiento de Sevilla, precedida por otras tres candidatas: Piedad Bolaños, Evangelina Naranjo y Victoria Martínez Ocón. Pep Guardiola pasó de recogepelotas del Barça a ser proclamado el mejor entrenador del mundo y Monchi de ser portero suplente al director deportivo más cotizado de toda Europa.

El organizador del encuentro y el moderador buscaban puntos de encuentro incluso entre contrarios. Zonas de intersección, que dice la matemática teoría de conjuntos. Había algunos curiosos. La sonrisa es patrimonio de Podemos, "La sonrisa de un país", reza ese cartel con formato de La conquista del Oeste; y también del candidato de Ciudadanos, Agustín Bravo, hombre-anuncio de una clínica dental que tiene en la sonrisa el icono de su reputación.

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