eduard Punset ex ministro, divulgador científico

"Suárez me hizo ministro porque hablaba inglés"

-¿Viene con frecuencia por Andalucía?

-No todo lo que quisiera. He tenido un programa de televisión durante 18 años en el que me ocupaba de entrevistar a científicos extranjeros, premios Nobel o algo parecido y había pocos en Andalucía.

-Juan Ramón Jiménez y Aleixandre recibieron el Nobel de Literatura...

-Aleixandre me gustaba mucho, era muy solitario.

-Severo Ochoa, Nobel de Medicina, asturiano de cuna, estudió un año en el instituto San Isidoro de Sevilla...

-No me acuerdo. Piense que estuve veinte años exiliado, veinte años fuera de España, diez de ellos exiliado no por nada sino por una tontería, por organizar en 1959 un homenaje a un científico español que se acababa de morir en el exilio. Los cuatro comunistas que había entonces en la Universidad de Madrid intentamos hacerle algo. No me acuerdo de su nombre, nunca lo conocí, pero su familia tuvo la gentileza de agradecérmelo.

-¿Sabe que existe un grupo de música de admiradores suyos que se llama Los Punsetes?

-Son muy buenos. Es curioso cómo la divulgación científica ha atraído al humor, el saber reírse de uno mismo. A mí me han enseñado mucho los humoristas.

-¿Incluso José Mota cuando lo imita?

-Incluso José Mota y el de El Hormiguero. Una de las asignaturas pendientes de este país es que no sabía conciliar entretenimiento y conocimiento. A veces estoy con ejecutivos, empresarios y científicos con la cara cuadrada, a los que les digo: poner una sonrisa, porque si no van a quebrar vuestras empresas.

-La televisión lo hizo popular. Adolfo Suárez fue director general de RTVE. ¿Cómo lo llamó para su Gobierno?

-Yo creo que porque hablaba inglés y poco más. Le guardo un enorme respeto a una persona tan lejana de mí como Adolfo Suárez. Fue muy valiente, dio muestras de gran audacia.

-Estaba en el banco azul cuando entró Tejero en el Congreso...

-A mi lado tenía al entonces ministro Pío Cabanillas. Cuando nos veíamos siempre me recordaba lo que yo dije nada más entrar Tejero en el Congreso; yo hacía como si no me acordara, pero lo dije: mira que haber estado veinte años en el exilio y ocurrírseme volver ahora.

-¿Comparte las tesis sobre el 23-F de Javier Cercas en su novela Anatomía de un instante?

-No la leí. Los de mi generación tuvimos muy poco tiempo para leer literatura buena, para escuchar música y para ir a conciertos. Estábamos obcecados con lo que le pasaba al país.

-En su viaje al optimismo, ¿convenció a muchos pesimistas?

-Es que es tan fácil ser optimista hoy día. Primero, porque cualquier tiempo pasado fue peor. Es la primera vez que en la especie humana la esperanza de vida está aumentando dos años y medio cada ocho años. Era impensable, hasta tal punto de que el gran problema de este país, del que nadie habla, incluidos los sindicatos, no es el reparto de la riqueza, sino el reparto del tiempo del trabajo. Por otra parte, desde la genética, los científicos acaban de demostrar que es la intuición la que ocupa más espacio en el cerebro en lugar de la razón.

-¿Qué pasa en Cataluña?

-No se está negociando bien. Cuando un colectivo se siente insatisfecho con el trato que le da el colectivo del que forma parte, sólo caben dos soluciones: o negociar o irse.

-¿El saber ocupa lugar?

-Lo que impide el desarrollo no es la falta de recursos, es la falta de conocimientos.

-La Escuela de Organización Industrial está en el pabellón de Canadá de la Expo. ¿Conoce el país?

-En Toronto está el mejor y mayor instituto de Física del mundo. Es un país que tiene un equilibrio entre crecimiento y desarrollo. ¿En qué destaca Canadá? En España me dicen turismo y agricultura, dos cosas que no son necesarias para crecer, pero en Canadá se hace un crecimiento generalizado, indiferenciado.

-¿Ve España ideologizada?

-La división entre derechas e izquierdas es más fuente que en Francia, donde se crean esos conceptos en la Revolución Francesa.

-Nació en 1936...

-Tenía tres años cuando acabó la guerra. Recuerdo vagamente los bombardeos, pero un físico cuántico me convenció y dejé de creer en la memoria.

-¿Ni siquiera la histórica?

-Es curioso descubrir en la modernidad la fragilidad de la memoria en un país donde la memoria ha jugado un papel tan decisivo.

-El año del Nobel a Aleixandre, en 1977, vuelve Tarradellas del exilio...

-Era muy crítico con la capacidad de los catalanes para gobernarse a sí mismos. Me decía que la idea del Estado la tenían los castellanos. Los catalanes se dedicaban a otra cosa.

-A otros ex ministros como Piqué y Solbes les ha dado por escribir. Pero usted fue el primero...

-Y Zapatero, Felipe y Aznar. Yo he vendido más de dos millones de libros. No creo que ninguno llegue.

-¿Cuál de los actuales ministros tendrá mejor reputación como ex ministro?

-Tal vez Montoro, porque a pesar de no haber dado con las formas para expresar sus presupuestos sí supo ver antes que nadie que el sector privado de este país, la banca, se había endeudado en exceso.

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