Óscar Velasco | Chef
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clara grima | matemática y divulgadora
TE GUSTAN LAS MATEMÁTICAS, AUNQUE NO LO SABES. Lleva diez años dedicada a convencernos de que las matemáticas no son nuestro enemigo. Recientemente nombrada una de las personas más influyentes del país por la lista Forbes, Clara Grima (Coria del Río, 1971) es doctora en Matemáticas y profesora titular de Matemática Aplicada en la Universidad de Sevilla. Su último libro, En busca del grafo perdido (Ariel) desarrolla la Teoría de Grafos: un ejercicio en el que puedes comprobar cómo, a partir de puntos y rayas, es posible organizar listas de bodas o analizar redes sociales. Y aprender matemáticas, aunque creas que no son para ti.
–¿Por qué, entre todas las piscinas matemáticas, nos mete en la de los grafos?
–Pues, entre otras cosas, porque en los grafos puedes empezar de cero sin tener que saber matemáticas, algo de lo que me di cuenta con mis propios hijos cuando eran pequeños, que razonaban muy bien sobre grafos sin apenas saber de nada más... También encontraba que niños y niñas de Primaria tenían una actitud de ansiedad hacia las matemáticas, pero salían los grafos y decían: “Las matemáticas no me gustan, pero es que esto es chulo”. Y son matemáticas también, pero juegan con puntos y rayas. A todo el mundo le sorprendía y le gustaba. Los profesores de Primaria y Secundaria me pedían libros al respecto, pero es verdad que los manuales que hay son bastante técnicos, y siempre estaba eso de “¿y por qué no escribes uno tú?”.
–Claro, porque o yo estaba pensando mucho en ‘Los caballeros del Zodíaco’ en esa época, o cuando iba a instituto no se daban.
–Ni cuando yo entré en la Facultad de Matemáticas. En los borradores de la nueva ley educativa ya aparece la Teoría de Grafos como herramienta para resolver problemas de la vida cotidiana. En mi opinión, ha sido un hueco muy importante, porque tienen más sentido que muchas cosas que se enseñan.
–Uno de los capítulos del libro ('Mátrix') revela que realmente hablamos de... matrices. Que por primera vez en mi vida he entendido, ¿es por haber pensado con dibujos antes?
–Probablemente. Cuando se lo digo a los compañeros de Secundaria se sorprenden un poco. A niños que no dan matrices les planteas jugar como si fuera el juego de los barquitos: cada vez que dos vértices estén unidos, es un 1; si no, un 0. Es una forma elegante de enseñar, también, muchos datos de ordenador. Es un capítulo que dudé en introducir porque tenía que llegar a todos los públicos y este va un poquillo más allá... Puedes seguir con la píldora azul, y tampoco pasa nada. Pero el capítulo está escrito en tinta roja para quien quiera conocer los entresijos del sistema, claro.
–Puede que no sea fundamental, pero es clave.
–Lo escribí en un AVE, estaba haciendo los dibujitos de matrices y un señor a mi lado me dijo: “Qué entretenida está”, y se lo expliqué, y al rato estaba multiplicando matrices. Para los que sabemos matemáticas es aburrido, pero cuando aprendes a trabajar con matrices es como un sudoku. Así que si a alguien su padre o su abuelo le ha dicho que una señora rara con pelo rojo le ha enseñado a multiplicar matrices en el tren... no es mentira.
–Qué decepción con ‘El indomable Will Hunting’.
–Por 200 dólares les hago un problema un poquito más enjundioso, así te lo digo. Que el problema que resuelve el chico prodigio fuera una simpleza me indignaba tanto que se lo decía a todo el mundo. Claro, realmente... ¿cuánta gente se ha dado cuenta?, me decía mi hermano. ¡Pues todos lo que hacemos teoría de grafos!
–¿Fue muy difícil organizar este recorrido entre películas y problemas matemáticos?
–Tanto Raquel Gu (la ilustradora) como yo estábamos buscando un hilo conductor. El primer título que manejamos fue ‘Un grafo para dominarlos a todos’, y luego ya surgió ‘En busca del grafo perdido’. De hecho, el primer capítulo, el de ‘El Guateque’, es el mismo problema que les pongo todos los años a mis alumnos de Primero... Y luego también está el juego de conexiones entre personajes a nivel narrativo, que usan en Magnolia o en Love Actually. Otra explicación interesante es la de cómo detectar monedas falsas en el capítulo de ‘Amanece que no es poco’. El tema del Joker y el metro de Londres me sirvió para explicar la importancia del flujo en algunos grafos. Facebook es un grafo en el que, por ejemplo, te puede dar igual cómo sea el flujo, pero no va a ser así cuando estemos hablando de un circuito o de un plano de metro.
–Como explica, el metro de Londres es un grafo. Un campo que se puede aplicar a la neurología, a la informática...
–Todo lo que tenga que ver con emparejamientos, por ejemplo. Cómo adjudicar tareas en una empresa, u obras, a partir de los distintos recursos que tenga una compañía o incluso un hospital. El final del libro explica el análisis de los grafos para el estudio de las redes sociales, que está generando un montón de dinero con métodos que todos sabemos no son del todo transparentes: hay alguna gente que, en fin, está en juicio por eso. En , Twitter o Instagram, puedes usarlo para vender ideología o propaganda, pero también detectarlo, y detectar si existe bullying en un colegio.
–La última lista Forbes la clasificaba como una de las personas más influyentes. Es una de esas cosas que siempre les pasan a los demás.
–Pues me avisó una periodista de que me había visto en la lista, pero a mí se me olvidó y no se lo dije a nadie. Aparte de por el ego, es muy fuerte esto que ha pasado, porque implica que se han acordado de gente que hacemos otras cosas para intentar cambiar al mundo, como esta lucha de intentar cambiar las mates y su percepción.
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