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Entrevistas

"La cultura es salud y, si se le ataca, enfermamos"

-Nos acabamos de enterar de la muerte de Sancho Gracia, con el que usted tenía una gran relación.

-Más que eso, estoy destrozado, él era mi amigo, mi maestro, mi héroe. Siempre estaba pendiente de mí, lo quería muchísimo, era muy grande, de verdad. Ha siso muy importante en mi vida. Y siempre que venía por Cádiz me llamaba, con esa voz, y siempre con el mismo apelativo: "Manolitoooo".

-Ha elegido usted el lugar para la foto [el nuevo Café Royalty de Cádiz], y ha dicho que tiene mucha energía.

-Sí, a mí el tema espiritual es algo que me seduce muchísimo. Somos energía y todo está formado por la energía.

-¿Y eso cómo se nota?

-Es algo que yo percibo. Me inicié en reiki (una técnica de medicina alternativa que se basa en la circulación de la propia energía) y con eso se me abrieron ciertos canales de percepción y de energía. Estando abierto al mundo, se perciben las cosas.

-¿Cómo se lleva eso de ser el actor fetiche de Álex de la Iglesia?

-Pues fundamentalmente, con muchísimo orgullo. Yo con Álex he aprendido muchísimo, me ha aportado mucho trabajar con él, he evolucionado porque es un director que trabaja a un nivel creativo bastante importante. Su forma de rodar es complicada, muy atrevida, muy arriesgada, siempre se inventa cosas, la forma de rodar. Hace películas de mucha acción... Es complicado, pero muy divertido.

-Se dice de usted que es un artista polifacético.

-Yo interpreto, canto, escribo, compongo, colaboro en bandas sonoras, en los créditos de arranque de Balada triste de trompeta canto yo la Saeta. Colaboro con amigos, como con la Vargas Blues Band...

-Y ahora ha dirigido su primer corto.

-Sí, lleva por título Carpe diem, todos a pillar y refleja la sociedad actual de este pillaje constante, con el mundo de la construcción de fondo, empresarios que no pagan, trabajadores que no cobran y deciden vengarse robándole, policías que quieren sacar tajada, ex que también la quieren... todo el mundo quiere pillar algo.

-Parece que se lo ha pasado bien haciéndolo.

-Ha sido muy importante para mí, porque después de 22 películas, el dirigir es algo muy nuevo. He tenido un maestro como Álex, pero arriesgarme a dirigir me ha aportado fundamentalmente el tener conciencia de que puedo hacerlo, de que puedo trabajar con una presión, que puedo resolver los problemas de rodaje, readaptar el guión que he escrito yo...

-Pero actuar y dirigir son dos cosas muy diferentes.

-Imagínate el lío en el que me he metido, que además protagonizo el corto. Estás dirigiendo a actores importantes como Javi Gutiérrez, Enrique Martínez... y cuando estás dirigiendo y a la vez estás en la escena es complicado. De hecho, en el próximo corto intentaré no estar como actor.

-Además, está en un proyecto con dibujos animados.

-Bueno, de eso no podemos hablar mucho por razones de producción, sólo que es una película de animación con dos personajes españoles muy conocidos y le pongo voz a uno de los personajes.

-¿Esta vida de artista da para vivir?

-Pues la verdad es que estamos jodidos. Porque se están haciendo poquísimas producciones y estamos en un momento bastante complicado. Los sueldos han bajado muchísimo. Y con la subida prevista del IVA, las cosas tal como están, supone que van a cerrar entre 300 y 320 salas, lo que además va a hacer que se recaude menos, que haya 3.000 parados más.

-Es un golpe.

-Claro, y yo creo que debe ser al revés, que la cultura hay que cuidarla. He estado recientemente en París, y allí en las salas, de cada 10 proyecciones ocho son francesas. El cine es cultura, es ocio, lo que significa salud. Y si se le ataca perdemos salud, enfermamos. La gente sin cultura está más triste,

-¿Y qué hace el sector para afrontarlo?

-¿Y cómo podemos hacer? Los que lo tienen que arreglar son los que mandan. Es que la gente va a consumir menos. Y estamos hablando de una industria, la del cine, que ya está mal. Y si en vez de hacer que se sanee, lo mermamos o lo atacamos, vamos mal. Estamos rompiendo una industria.

-De todas formas, al cine ya lo hemos dado por muerto más de una vez.

-Sí, y al teatro, y fíjate cómo ha rebrotado, que ahora está más fuerte que el cine en comparación. No sé.

-¿Cómo se aprende a ser actor?

-Dedicándole mucho tiempo, viendo mucho cine, entrando en el interior, asimilando el personaje y haciéndolo tuyo para que puedas presentarlo de manera natural. Yo siempre digo que el teatro es orfebrería, porque cada función puedes ir perfeccionando el personaje; el cine es artesanía, porque tienes el guión tres meses antes, lo estudias, está todo muy cuidado en cuanto , y la tele es una factoría, hay que producir y los personajes van cambiando. Son trabajos muy diferentes.

-¿Y cuál le gusta más a usted?

-A mí me gustan los tres, los tres te aportan cosas diferentes, aunque el cuerpo central es el mismo.

-Ahora tiene que decirme su actor favorito.

-A mí un actor que me fascina, y en teatro es increíble, es Javi Gutiérrez. Es increíble, con una capacidad de transmitirte el desasosiego... es un monstruo.

-Para usted ¿qué es ser un buen actor?

-Yo más bien hablaría de trabajos actorales. Porque hay actores muy buenos que no han tenido oportunidad de demostrarlo porque no ha caído en sus manos un buen papel, lo que en este mundillo llamamos un regalazo, que te dé la oportunidad de demostrar tus cualidades.

-¿Usted ha tenido alguno de esos regalazos?

-A mí me queda mucho, qué va. He tenido papeles muy bonitos, pero me faltan muchos resortes que accionar, estoy deseando que me den papeles complicados, dramáticos, profundos.

-¿Algún personaje clásico le gustaría?

-De los clásicos, todos.

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