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Entrevistas

"A veces la gente deposita sus sueños en 40 minutos de TV"

Christian Gálvez (Móstoles, 1980) dice que parece Iron Man. Convaleciente de una operación de columna, se levanta la camiseta y enseña el corsé que le obliga a caminar pelín tieso. Sus respuestas son breves, como si estuviese en un plató y los segundos fuesen de oro. Podría pasar, excepcionalmente, por un concursante de su propio programa, Pasapalabra, ampliamente premiado y certeramente parodiado, dos buenos síntomas de su jerarquía en la feroz jungla televisiva.

-Ha escrito un libro de autoayuda.

-Así empezamos mal. Es un libro de coaching donde hablo de la multidisciplina. La diferencia entre la autoayuda y el coaching es que la primera te dice lo que tienes que hacer mientras que el segundo te da un empujoncito para que seas tú quien decida qué se hace. El coaching no es una secta.

-Lo de la multidisciplina suena muy americano.

-Es que es sólo americano. En EEUU hay una mentalidad del sí, no hay miedo al prejuicio.

-Y aquí, si naces panadero como mucho mueres repostero, ¿no?

-No es que en España estemos muy encasillados, es que nos encasillan. He escrito tres libros y aún me dicen que sólo soy un presentador de televisión, que no me puedo dedicar a otras cosas. La gente no admite la versatilidad.

-¿Y cuál es su teoría?

-España es el país que inventó la picaresca. Es el país de le envidia sana.

-¿Sana?

-Mire, yo no soy muy proyanqui, pero en Estados Unidos aprovechan el tiempo que nosotros utilizamos para criticar a los demás en seguir formándose y mejorando.

-Entonces, además de presentar programas en televisión, escribe libros de coaching. ¿Algo más?

-El año que viene publicaré una novela histórica sobre Leonardo da Vinci.

-... Personaje en torno al cual gira casi obsesivamente su tercer libro, Tienes Talento.

-Leonardo es aquello que me permite defender que no caigo en el intrusismo literario. Yo sólo escribo de lo que sé, y él es una de mis pasiones. Todo tiene que ver con la creatividad y la motivación.

-Bob Keane vio a Batman en un boceto del italiano. Vio incluso su batcoche.

-La injusticia que cometió el sistema educativo fue presentar a Leonardo da Vinci exclusivamente como el autor de La Gioconda. El primer diseño del coche, la bicicleta, el tanque, el paracaídas, el traje de buzo y el ala delta son suyos. Y son imprescindibles en el siglo XXI. Sin la bicicleta no se habría inventado la moto.

-¿La televisión en España es una porquería?

-No. ¿En qué quedamos: se emite una serie y la gente la ve porque no tiene otra opción, o se emite porque la gente quiere ver esa serie? Al final siempre es el espectador el que decide.

-También proliferan los programas-basura: los del corazón, los chascarrillos y el amarillismo. La televisión es a menudo demasiado superficial. Incluso la televisión profesional.

-Igual un programa-basura que tiene cuatro millones de espectadores no es tan basura. Igual la gente necesita ver que hay otras personas en peor situación que ellos. O necesitan echar unas risas. No lo sé. Yo no veo mucho la tele.

-Estudió Magisterio. ¿Cómo acabó en la TV?

-Presenté un programa de muy jovencito [en realidad fueron tres: Verano Noche, Humor a Toda Marcha y Desesperado ClubSocial. Antes, con 15 años, había debutado como actor -papeles secundarios- en Médico de familia y Al salir de clase]. Después me puse a trabajar en una juguetería. Y un día un amigo me llamó para un casting en Caiga Quien Caiga. Me eligieron y ya no dejé los platós.

-¿Le asusta el futuro de España? 6,2 millones de parados, jóvenes que emigran, empresas que cierran, subidas de impuestos que nos ahogan, austeridad y más austeridad, pobreza, mucha pobreza.

-Me da miedo el futuro. Vamos encaminados a que la gente no pueda vivir sus sueños, a que cada vez que encienda la tele crezca en ellos un sentimiento de apatía que les haga renunciar a sus aspiraciones.

-¿Qué poso le queda de los cientos de concursantes que han pasado por su programas?

-Detrás de cada talento hay una vida, una historia, un objetivo. A veces las personas depositan todas sus esperanzas en cuarenta minutos.

-Whatsapp y Twitter. O el culto a la esclavitud de la sobreinformación y la síntesis ingeniosa.

-Las relaciones humanas se están desvirtuando. Es triste que a los niños de cuatro, cinco o diez años se les dé un teléfono móvil para que se callen. Pero a la vez vivimos una revolución digital irremediablemente necesaria. Si no eres capaz de definirte en 140 caracteres, entonces no eres capaz de definirte. Decía Leonardo que la mayor sofisticación es la sencillez.

-¿Un currículum es un relato de ficción?

-Yo diría más bien que una entrevista de trabajo en España es una utopía actualmente. Respecto al currículum, los talentos cuentan, pero hay que saber venderse. Yo siempre he sido sincero y me ha funcionado. Si intentas vender lo que no eres, te acabarán cazando. Y más en la televisión, donde eres una marca muy expuesta y siempre tendrás seguidores y detractores.

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