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Verónica Blume, maestra de yoga y ex modelo

“Nos identificamos con el hacer y nos olvidamos de ser”

Verónica Blume.

Verónica Blume. / Xavier Torres-Bacchetta

Verónica Blume llegó al mundo de la moda cuando aún era adolescente. Enseguida se convirtió en una de las tops mundiales de los 90 y desfiló en Nueva York y en París, además de trabajar con los grandes fotógrafos del momento. Con el embarazo de su hijo experimentó un cambio vital en el que descubrió una nueva conexión con el cuerpo y el alma a través del yoga y la meditación que narra en Ser. El camino de vuelta a ti (Diana). Desde entonces, como maestra de yoga, dedica su tiempo a compartir su pasión.

-Su vida dio un giro de 180º desde un mundo tan superficial como el de la moda a otro muy espiritual. ¿Cuál fue el punto de inflexión?

-El mundo de la moda es un mundo superficial porque se enfoca principalmente en la estética, en una forma estética, en un entendimiento del cuerpo como una forma física solamente. El punto de inflexión me llegó en el embarazo, en el que de repente tomé conciencia de que este cuerpo era mucho más que una percha o un expositor para ser fotografiado o para caminar encima de una pasarela.

-¿Cómo se llega al yoga?

-El yoga está, y más ahora, cada vez más disponible para todo el mundo. Llega en el momento en el que nos abrimos a tener esa experiencia.

-¿Por qué el yoga y la meditación para el autoconocimiento?

-Porque para conocernos es interesante saber quiénes somos. Vivimos en una sociedad hiperexpuesta a influencias externas que constantemente nos están diciendo qué necesitamos, qué debemos comprarnos, seremos más felices si somos más delgadas, menos arrugadas, más todo... Es como que tenemos que cambiar todo. Para aceptarnos hace falta saber quiénes somos y para poder relacionarnos con los demás es esencial conocernos, aceptarnos y querernos mucho. El yoga es un camino que lleva a eso. No te va a pasar con una clase pero la práctica continua de yoga es una manera de cultivar un espacio de paz con uno mismo.

-El estrés actual nos dirige. ¿Somos unos desconocidos para nosotros mismos?

-Muchas veces sí, y yo como profesora he tenido el gran privilegio de tener una perspectiva muy clara sobre los alumnos. Siempre digo que en realidad yo era la que aprendía ahí. La parte que más nos cuesta es el no hacer nada, el momento de sentarte en la esterilla, cerrar los ojos y escuchar nuestra respiración. Nos identificamos con el hacer y a veces nos olvidamos de sentir y de ser.

-Parece que perdemos el tiempo cuando estamos parados...

-Y esperamos que los demás llenen nuestros vacíos y nos den las respuestas. Y si le damos la vuelta a eso, si descargamos a los demás de esa responsabilidad y nos damos cuenta de que tenemos una posibilidad inmensa de hacer esa transformación por nosotros mismos es maravilloso.

"No hace falta romper con todo pero merecemos liberarnos de lo que nos aprieta, limita o incomoda”

-"Este libro es una propuesta para que recorras el camino que lleva a ti". ¿Invita a una ruptura o a un replanteamiento de la vida?

-Yo creo que todos los momentos en los que nos replanteamos la vida son muy positivos. Es verdad que cuando empezamos cualquier práctica personal o espiritual puede ser una terapia mismamente, cambiamos la perspectiva sobre lo que para nosotros siempre ha sido lo normal. No hace falta romper con todo pero si hay cosas que aprietan, que incomodan, que nos limitan, nos merecemos liberarnos de eso también.

-"Tu cuerpo es perfecto tal y como es". ¿Ayuda el yoga a la autoestima?

-El yoga ayuda mucho a la autoestima, nos hace ser. Estamos muy acostumbrados a mirarnos en el espejo, a compararnos, a pesarnos, a medirnos, a vivir el cuerpo como si fuera solamente un vehículo visto desde fuera. A mí lo que me interesa y me apasiona es que el yoga facilita la vivencia desde dentro, en la que el cuerpo se convierte en ese vehículo que facilita una experiencia plena de la vida. Yo he aprendido mucho a respetar mi cuerpo en primer lugar, a aceptarlo, y desde la aceptación se puede producir el cambio.

-¿Es más necesario ahora que nunca?

-Creo que ahora es un momentazo para empezar a practicar yoga, para empezar a meditar... Y si lo tuyo no es el yoga, salir a la montaña a caminar, a respirar aire fresco, sea lo que sea que te hace sentir bien contigo mismo sin necesitar nada... ¿Qué es lo que sí podemos hacer? Las cosas que son más sencillas son las que más nos asustan a menudo.

-El contexto actual puede provocar en muchas personas un deseo de cambio. ¿Cómo aconsejaría afrontarlo?

-Con suavidad. Cambio radical suena como a guerra, a batalla, a colapso total, y no tiene que ser así. Hagamos ese pequeño gesto, léete ese libro que te inspira, abraza a la persona a la que quieres... Empecemos por cosas sencillas, con pequeños ejercicios de gratitud. En vez de pensar en lo que no podemos hacer, en lo que hemos perdido, que es mucho, recordemos todas las cosas que sí tenemos y las razones que tenemos para dar gracias todos los días. Y de esa manera poder aprender a cambiar ese programa mental que tenemos todos y todos nuestros peros: es que soy muy insegura, es que no tengo ninguna flexibilidad, es que soy muy nerviosa, es que... Qué es lo que sí tenemos y valorarlo y agradecerlo, o escribirlo, expresarlo o simplemente pensarlo.

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