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Sonia Fereres Rapoport | Ingeniera aeronáutica

“Las ingenieras trabajamos en un mundo de hombres”

Sonia Fereres posa para la entrevista.

Sonia Fereres posa para la entrevista. / Belén Vargas

Hija de español y de estadounidense, Sonia Fereres Rapoport nació en Sacramento en 1979, mientras su padre estudiaba en California, pero con tres años ya vivía en Córdoba, donde se crió. Estudió ingeniería aeronáutica en Madrid, en la Universidad Politécnica. Trabajó desde antes de licenciarse en ITP. Esta empresa la llevó de regreso a EEUU y estando en Cincinnati decidió abordar su doctorado, con una tesis financiada por la NASA que hizo en Berkeley. Regresó a España para casarse y encontró empleo en el grupo Abengoa, en innovación y aeroespacio.

–Hay un movimiento para fomentar que más mujeres opten por carreras técnicas. ¿Por qué es necesaria esta incentivación positiva?

–Es necesaria porque lo dicen los números. Es verdad que las niñas, en general, somos muy buenas estudiantes en el colegio y a medida que van pasando los años hay menos que se orienten a carreras técnicas, lo que no quiere decir que no estemos capacitadas para ello. Pero en algún un momento se produce esa división, no sé si por la sociedad, por lo que vemos, por lo que aprendemos, no está claro.

–¿Puede ser porque tengan un sentido más humanista que los varones?

–No lo sé. Lo que sí que leo es que esa división pasa muy pronto. Con seis o siete años, por alguna razón, las niñas van orientándose más a las humanidades, a las ciencias básicas, como la biología o la medicina. Pero se alejan de las más técnicas.

–¿Cuál es la ratio?

–En informática, como mucho, puede haber un 15% de chicas. En aeronáutica debe haber ahora un 30%.

–Está mejor.

–Está algo mejor, pero claramente las ingenierías y, sobre todo, informática o telecomunicaciones tienen menos acogida.

–¿Trabaja entonces en un mundo de hombres?

–Sí, claramente. Como ingeniera trabajas en un mundo de hombres. Y, a medida que vas subiendo profesionalmente, se nota más aún.

"Es necesario incentivar que las mujeres estudien más carreras técnicas. Somos igual de capaces"

–¿Es un problema nacional o europeo?

–No, no, no. Éste es un problema global.

–¿También en EEUU?

–Totalmente. Depende de dónde vayas variarán los números, pero ocurre igual.

–¿Es una tendencia clara?

–Sí la hay. Y también al refuerzo positivo para poder equiparar esa desventaja que tenemos.

–¿Cuál es la desventaja?

–En el mundo laboral, claramente, formar una familia es un freno.

–¿Se agudiza el problema general de la maternidad si es la profesión es técnica?

–No. Creo que no. Es un problema transversal. Pero si ya comienzan pocas mujeres, la consecuencia es más evidente.

–¿Se le ocurre algo distinto para incentivarlo?

–Todos estamos pensando en qué se puede hacer: mentoring, mostrar ejemplos, hacer actividades con chicas desde edades tempranas para que se interesen en resolver problemas. ¿Al final la ingeniería qué es? Es intentar resolver problemas. De una manera técnica y con unas herramientas. Eso le debe interesar a cualquiera independientemente del género. No se me ocurre nada más que seguir con este refuerzo positivo.

–Se dedica ahora a resolver problemas adaptando tecnologías terrestres para usar en el espacio o viceversa, ¿es así, no?

–Es un área que empezamos a trabajar en Abengoa hace unos años y decidimos explorar qué sinergias había con las tecnologías desarrolladas en renovables.

–Andalucía tiene una oportunidad muy grande con las renovables. ¿Estamos haciendo lo suficiente?

–Nunca se hace lo suficiente, siempre hay que ambicionar más. En Andalucía estamos en una situación favorable, porque tenemos mucho sol. Y tenemos también una gente muy capaz. La cuestión es que todos estos desarrollos cuestan dinero y la inversión en I+D+i necesita mejorarse, tanto desde el ámbito público como del privado.

–A pesar de lo vivido en su empresa, se ha creado un know-how importante en renovables gracias a tener a Abengoa, ¿no?

–Totalmente de acuerdo. Se ha generado un know-how impresionante dentro de la empresa. La historia está en cómo darle valor. La fotovoltaica es un líder indiscutible, pero las baterías son aún un desafío que no compite para almacenar el calor. Y ahí tenemos que trabajar mucho para seguir avanzando en su almacenaje. Porque el único problema de las renovables es su intermitencia. El almacenamiento es lo que te diferenciará.

–El sol siempre ha sido fuente de riqueza para Andalucía: agricultura, turismo y, ahora, renovables. ¿Va a ser el sol el petróleo del futuro para Andalucía?

–¡Uy! Eso no lo veo claro.

–¿Por qué?

–Porque no tengo una bola de cristal.

–Preguntaba si tiene potencialidad.

–La tiene. En Andalucía tenemos a Abengoa, que es líder mundial en energía termosolar. Pero el de la energía es un mundo muy competitivo y donde cada vez los precios son más bajos. O equiparamos las energías convencionales con impuestos o las renovables serán más caras.

–Estudió aquí y fuera. ¿Corrobora esas opiniones que alaban las promociones de ingenieros que están saliendo de Andalucía?

–Totalmente. La Escuela de Sevilla, que es la que más conozco, es muy buena. Los ingenieros españoles somos muy buenos. Cuando uno de ellos se va a Alemania, claramente se ve que somos más resolutivos, con gran dosis de creatividad.

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