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Entrevistas

"A los norteamericanos no los echó nadie en falta en Moscú"

-¿Qué es ser de Madrid?

-Los madrileños no somos de ningún sitio. Yo prefiero considerarme español.

-¿Este partido lo vamos a ganar?

-Estambul me encanta como cruce de civilizaciones, pero tiene un entorno demasiado hostil para ser sede olímpica. Tokio sería una sede magnífica, pero en 2020 lo de la radioactividad puede que no esté solucionado. Se nos dan unas posibilidades enormes.

-Nació en 1954. Dos años después, España boicotea los Juegos de Melbourne.

-Tampoco estábamos para muchos trotes.

-¿Su primer recuerdo olímpico?

-Los ecos remotos de Roma 60. He estado hace dos meses trabajando en el hospital Agustin Gemelli. Es una ciudad agobiante, intensísima. En cada esquina una obra de arte, en cada plaza un montón de gente arremolinada.

-Debutó en Múnich 72. ¿Cómo vivió el atentado de Septiembre Negro?

-Las villas olímpicas eran entonces mucho más recogidas, todo estaba a 200 o 300 metros. Supimos que había muertos en la residencia de los deportistas israelitas. Vimos a los geos alemanes subidos encima de los tejados. Todos allí esperando que nos evacuaran en helicópteros.

-¿Y deportivamente?

-Quedamos décimos. Ganamos a Egipto y Australia.

-¿En Montreal 76?

-No fuimos. Caímos en un grupo con México y Brasil.

-No ganaba para sustos. En los siguientes Juegos, boicot norteamericano a Moscú 80 y soviético a Los Ángeles 84. ¿Se notó?

-Los Juegos Olímpicos son algo tan global, tan maravilloso, tan llenos de gente y de talento... En Moscú a los norteamericanos nadie los echó en falta.

-¿Con qué se queda de la final de Los Ángeles 84?

-Fue mi último partido con la selección. Me puse por debajo la camiseta del colegio San Viator donde empecé a jugar. Después de muchísimos años recogíamos el fruto de tanto trabajo. Ya no veíamos a los demás. Ahora nos estaban viendo tres mil millones de espectadores.

-¿En Moscú 80 se intuía el final del comunismo?

-Ese año terminé Medicina. Era ya un tardocomunismo. Un sistema que ya no tenía sentido como no tiene sentido el capitalismo que hemos creado.

-¿La sombra del Madrid de fútbol es alargada?

-Siempre existió la tentación de eliminar otras secciones, pero con el baloncesto no se atrevían. Entonces teníamos tres copas de Europa más que el fútbol. A mí no me molestaba. Era muy amigo de Del Bosque, Santillana, Sanjosé, Pirri, Benito, Juanito.

-¿A Bernabéu le gustaba el baloncesto?

-No le gustaba un pimiento, pero le gustaba a Saporta, que era su mano ejecutora. Bernabéu era el pronto y Saporta, el método.

-¿De dónde surge la antipatía contra Madrid?

-Se entendía el franquismo como algo típico de Madrid y del Madrid. Mucho más franquistas que el Madrid eran las directivas del Barça de aquella época. Nadie el cambia el pelo de la dehesa y seguimos en manos del Madrid y el Barcelona. Una vez que el Madrid se quitó la estela del franquismo, cometió un error enorme, la época de los galácticos y del mejor equipo del mundo. Los galácticos se convirtieron en sinónimo de los más guapos, los más famosos, los más millonarios. Yo me crié en el discurso de la humildad, de ser trabajador y ejemplar. Es lo que nos inculcaron y ahí subyace el odio que se le tiene al Madrid. Ahora mismo en España o se es del Madrid o antimadridista. Yo tenía en Barcelona amigos antimadridistas que eran madridistas en baloncesto. El equipo iba un año tras otro al memorial por José Antonio Gasca, un entrenador vasco abertzale, posiblemente independentista.

-¿Es un modelo Barcelona para utilizar unos Juegos como herramienta de cambio de una ciudad?

-España había dejado de mirar a América y empezó a mirar a Europa, a la franja levantina, que se industrializó en detrimento del resto del país. Eso creó un estado de bienestar que no tenía comparación en el resto de España. Como dicen ellos, los Juegos pusieron a Barcelona en el mapa con esa costumbre tan española de desnudar a unos santos para vestir a otros.

-¿El éxito de la cadena humana dependerá de lo que pase en Buenos Aires?

-Lo de la cadena humana me da exactamente igual. Creo que Cataluña ha elegido un modelo y es un hecho. Administrativamente seguirán siendo España, pero emocionalmente no, y no puedes convencer a nadie de lo que no quiere ser. Yo no me voy a partir la crisma por eso ni voy a disparar un tiro por recuperar ni un centímetro de territorio catalán. Que les vaya muy bien. Es como el divorcio, no hace falta que firmen los papeles para saber que están divorciados.

-¿Vio cerca el oro?

-De cien partidos que hubiéramos jugado contra aquel equipo, habríamos perdido los cien.

-Lee, escribe, publica. ¿El Valdano del básket?

-Valdano sería el Corbalán del fútbol. Lo admiro, pero no es el único. En nuestro equipo había seis universitarios de once jugadores.

-¿Un precursor de Usain Bolt?

-Sin duda, Mark Spitz. Estoy escribiendo unas Memorias deportivas y en ellas hablaré de aquel ganador que en Múnich 72 consiguió siete medallas de oro. Estaba muy cerca de nuestra delegación, siempre con una nube de fotógrafos a su lado.

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