Luz Sánchez-Mellado | Periodista

"El papel es prestigio"

Luz Sánchez-Mellado.

Luz Sánchez-Mellado. / Patricia Garcinuño

No tiene nada que ver con las zagalas de la contraportada del As, pero trabaja en el Grupo Prisa. Luz Sánchez-Mellado echó los dientes con 19 años en El País y ahí sigue. Hace reportajes, escribe opinión y la entrevista de la última de cada domingo lleva su firma. En Wikipedia reza que nació en el 73, admite que es falso y reta al entrevistador a que indague. Es delatada por los Premios Ciudad de Alcalá, que ganó en 1990. Nació en Alicante en el 66, aunque reside en la ciudad complutense y se considera alcalaína. Ojalá el descubrimiento no acabe en revés por desvelar el secreto.

–Gracias por concederme este baile, maestra del género. ¿Es mejor empezar las entrevistas haciendo la rosca al protagonista?

–No, en la primera metes el dedo en el ojo y luego suavizas. La pregunta más difícil hay que hacerla la última, cuando está un poquito cansado el toro. Entonces hay que ir a matar.

–Tras la polémica con la edad de Javier Cansado en Wikipedia...

–Qué cabrón. Jajaja.

–Pone que es usted del 73.

–Confirmo que es falso y le reto a que averigüe la verdadera edad. Es bastante fácil; si no lo logra, me defraudará.

–¿El guión entre los apellidos es impostado?

–Verdadero y a muchísima honra, pero nada aristocrático. Viene de La Mancha.

–"Oigo, veo y no me callo". ¿Es una bocachancla de nacimiento?

–No lo puedo negar ni evitar. A veces hago propósito de enmienda. Desde niña me dijeron que calladita estoy más guapa, he ido siempre contra este consejo y así me va.

–Sus amigas dicen que se sincera mucho escribiendo. ¿Qué le falta por decir?

–Mucho, uno enseña lo que quiere y a veces más, pero no tiene misterio. Es falta de talento para la ficción. Está mal que lo diga, pero tengo bastantes ofertas para escribir novelas y no sé por qué. Lo único que hago es un retrato al natural, a mí y a los demás. Aparte de exhibicionismo, que tengo un puntito fallero por mi vena alicantina, es simplemente vaguería y tirar de lo que tengo delante.

"Pude entrevistar a Rosalía, pero dije que no porque estaba en todas partes... y ahora ella me huye"

–¿Cómo de enganchada está a Twitter?

–De 0 a 10... 8,5. Voy mejorando, antes estaba en 10. Me enganchó mi compañero Ricardo Querol, uno de mis múltiples jefes. "Se te han acabado los ratos muertos", me dijo. Y llevaba razón, los muertos, los vivos... Desde que lo tengo casi no aguanto tres párrafos seguidos y estoy seriamente preocupada.

–En dos meses he entrevistado a Enric González, a usted, quizás en breve a Peridis... ¿Cuándo le mando mi currículum a su directora?

–Ya, porque está la cosa muy jodida, cuando antes mejor. Póngase a la cola, bonito.

–En las redes la llaman pija por pedir leche desnatada o le dicen feminazi o machista por el mismo artículo.

–Hay que tener paciencia y amor propio. Mi peor defecto y mi mayor virtud es lo que llamo el PAP: Puto Amor Propio. Hay que tener mucho para volver al ruedo, a veces me tocan la moral o los ovarios. En ambas me revuelvo, como toro noblote, o noblota, y entro. Y hacen falta pundonor y curiosidad, y me temo que me sobran ambos, son virtudes que me adornan.

–¿Con quiénes empezaría si su sección en vez de Gente con Luz se llamara Gente Mellada?

–¡Bufff! Tener los dientes mal es difícil porque todos nos los hemos arreglado. Los chavales de ahora tienen una sonrisa perfecta. Pero gente imperfecta toda; son los que más me gustan, imperfectos, perdedores, juguetes rotos, los que tienen sombra detrás de esa luz.

–¿Las entrevistas son menos vendibles en la web?

–¿Vendibles en qué sentido, en que tengan más lectores?

–Sí. Ésta sale en la contra en papel, pero en la web va al fondo del pozo.

–Aún no hemos resuelto bien lo del papel y la web. Cualquiera del oficio lo sabe. El papel es prestigio, es la zona noble, el salón de recepciones en un palacio. Y la web es la sala de baile, donde la gente picotea. En la web dependes de un titular y en el papel, de que te quieran leer, algo que cada vez está más difícil. Tenemos que jugar con dos barajas y de momento se nos caen las cartas a todos. Quien tenga el secreto que me lo dé.

–¿Quién le ha dado más veces esquinazo?

–Rosalía, por mi culpa. Las vueltas que da la vida. Tengo un vídeo con ella en una fiesta saludando a mis hijas, que eran fans, ya no porque se ha hecho mainstream. Pude entrevistarla, pero como estaba en todas partes yo, toda fina y guay, dije que no, que ya lo haría. Y ahora es ella la que me huye, pero me la debe. En algún momento me la dará porque es de puta madre.

–Prácticamente se estrenó en su medio con la Expo 92. ¿El periodismo antes era más divertido, más gamberro?

–No. Fiestas, excesos y oportunidades para divertirse ha habido siempre. Este oficio es canalla y divertido porque estamos gente especial, ni mejor ni peor. Nos falta a todos un hervorcito y un poquito de cordura, pero nos entendemos. Cuando estás en otro sector echas de menos esa rapidez mental, esa jerga y esa diversión. Lo que quiero decir es que echo de menos la redacción como nunca pensé que lo haría. La inteligencia colectiva de una redacción no está en el teletrabajo, ni se la espera.

"Algunas feministas me dan mucha pereza; me aburren las personas incapaces de reírse de sí mismas"

–¿El Gobierno de Sánchez le viene de perlas al país o le viene de perlas a El País?

–En un periódico siempre se divierte uno más cuando la línea editorial no coincide con la política del Gobierno. Pero con esto no estoy queriendo decir que El País sea favorable a este Gobierno. Lo puede poner tal cual, ¿eh?

–Tiene premios de donantes, de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, contra la violencia de género, pero ¿nada comparable a que Willy Toledo rectifique y se disculpe?

–Cuando me jubile o suceda lo peor, quiero que eso esté en mi currículum, por favor. Willy Toledo parece frío pero es tierno y está devorado por su propia pasión. Lo miro a los ojos y veo a un ser noble.

–¿Las feministas se toman demasiado en serio? ¿Son refractarias al humor?

–Algunas sí y me dan mucha pereza, no las puedo soportar. Por ser mujer y feminista no estás exenta de críticas. Me aburren las personas incapaces de reírse de sí mismas. Hay cosas serias, menos serias y nada serias. El feminismo lo es, pero de todo lo demás se puede hacer risas, menos la violencia de género. Y yo, desde luego, me río de mí misma, y no soporto a las que no lo hacen.

–Heterosexual, católico, fumador, fan de Woody Allen y futbolero. Doctora Modernidad, ¿es grave lo mío?

–Pues no, todo tiene remedio. Me encantaría salir de copas con usted y que me explicara todos esos defectos.

–Fumador de Ducados.

–Bueno, confiésese con su párroco, dado que es católico, y con su neumólogo. Yo no soy quién para juzgarlo.

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