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Javier Cercas | Escritor

"Con los políticos hay que ser críticos, pero no faltones ni petulantes"

El escritor Javier Cercas / Arduino Vannucchi

El escritor Javier Cercas / Arduino Vannucchi

Javier Cercas (Cáceres, 1962) es uno de los escritores más reconocidos del panorama nacional. Con la novela Terra alta logró ganar el Premio Planeta 2019 y supuso un cambio de registro en su carrera al adentrarse en la literatura de género policiaco. Así nos sitúa ante un mosso d’esquadra que tuvo una actuación crucial en los atentos de Cambrils en 2017 y que decide apartarse en un pueblo en el que nunca pasa nada. Cercas, que pasa largas estancias en el Ampurdán, reconoce que el desafío secesionista es "carburante" de su relato, aunque advierte que su libro no trata de la "crisis catalana".

-Vaya novela nos estamos escribiendo entre todos.

-¿Novela? No lo sé: yo lo que veo es un desastre que está costando muchísimas vidas y acarreando muchísimos problemas.

-Tengo dudas sobre el género, porque ficción no es.

-Si lo fuera, se parecería a una novela de Kafka, porque tiene la textura exacta de una pesadilla.

-Si viviera Kafka...

-Sería para echarse a temblar: ese tipo era capaz de cualquier cosa.

-Le confieso que estoy saturado de picos, curvas, gráficos... ¿A usted le pasa?

-Un poco, pero es natural. Quiero decir que es lógico que, en una situación como ésta, haya una saturación informativa; lo preocupante sería lo contrario: que nadie nos informase de nada. Eso también sería para echarse a temblar.

-¿Prefiere la palabra bulo o trola? Doy por hecho que fake news, no.

-"Trola" es maravillosamente coloquial; lo de "fake news" es lo que dice el mayor propagador de "fake news" del planeta, que es Donald Trump, así que yo me abstendría de usarlo.

"Si viviera Kafka esta crisis sería para echarse a temblar: ese tipo era capaz de cualquier cosa"

-Por cierto, ¿es normal que Tezanos siga al frente del CIS?

Normalísimo. Otro asunto es si es bueno o malo, pero sobre eso -no soy sociólogo ni especialista en encuestas- me siento incapaz de opinar.

-¿Se confunde estado de alarma con estado de excepción?

-Es lo que he leído que dice algún jurista serio, como Manuel Aragón Reyes, pero yo no soy jurista, así que me siento de nuevo incapaz de opinar al respecto. Como ve, mi ignorancia es oceánica.

-¿Lo de limitar la libertad de expresión le suena de algo?

-Ah, eso sí. ¿Por qué lo pregunta?

-Su última entrevista en TV3 ha levantado ampollas.

-También lo he leído por ahí, pero no lo entiendo: ni siquiera hablamos de política. O sí lo entiendo, pero me da igual.

-¿Siente el odio de sus vecinos?

-En absoluto, y eso que vivo gran parte del año en Verges, un pueblo del Ampurdán, rodeado por todas partes de banderas secesionistas. Al contrario, diría yo: tengo una relación buenísima con todos mis vecinos, en Verges y en Barcelona. Yo siempre he procurado portarme de la mejor manera posible con ellos, quizá porque recuerdo a menudo a Kurt Vonnegut, que decía que la valía de una persona se mide por la opinión que sus vecinos tienen de él. Otra cosa es que políticamente discrepe de ellos (o de algunos de ellos).

"Tengo una relación buenísima con todos mis vecinos, en Verges y en Barcelona"

-Hoy algunas cajeras y sanitarios están viviendo el acoso del prójimo.

-Eso sólo puede extrañar a quienes creen que las peores situaciones sacan lo mejor de nosotros mismos (una frase que hemos oído mucho en estos días). No es mi caso.

-Terra alta parte de uno de los episodios más tristes de la historia reciente de Cataluña. ¿Torra sigue utilizando políticamente los muertos?

-No quisiera que nadie se llamara a engaño: Terra alta no trata de la crisis catalana; la crisis catalana es, si acaso, el carburante de Terra alta, igual que, digamos, el desarraigo existencial de Kafka y sus difíciles relaciones con su familia son el carburante de La metamorfosis, que trata de un señor, llamado Gregor Samsa, que se despierta una mañana convertido en escarabajo. En cuanto a Torra, cada día me despierto asombrado de que un hombre así sea presidente de la Generalitat, como si yo fuera Gregor Samsa.

-¿Cuando la Generalitat difunde que con la república catalana les hubiera ido mejor la gente se lo cree?

-Si pregunta en general, la respuesta es sí; si pregunta sobre la crisis del coronavirus –sobre eso de que en una Cataluña separada habría menos muertos que en la actual-, la respuesta es que también: muchos se lo creen. Y los que no se lo creen seguirán votando a quienes lo dicen. El voto nacionalista apenas ha cambiado desde el principio de la democracia; la única diferencia es que antes era nacionalista y ahora, además de nacionalista, es secesionista.

-Pero de este problema no se sale con banderitas (tomo prestada esta expresión de un titular que le dijo usted a mi compañero Francisco Camero).

De ningún problema se sale con banderitas. Ni con banderazos.

-¿La crisis sanitaria ha destapado la incapacidad de nuestros políticos?

-No creo que hiciera falta esta crisis para destaparla. De todos modos –y aunque ha habido países que parece que lo han hecho mejor que otros: véase Corea del Sur, o Dinamarca-, no creo que ésta sea una situación fácilmente manejable para nadie. Con los políticos hay que ser críticos, pero no faltones ni petulantes.

"No estoy dispuesto a renunciar a ninguna de las libertades que tenía hasta ahora, a menos que sea estrictamente indispensable"

-Se pronuncia mucho el nombre de Winston Churchill, ¿pero no le parece un recurso vacío de contenido?

-El caso de Churchill se parece un poco al de Oscar Wilde: a ambos se les atribuye una cantidad desorbitada de frases brillantes, y en ambos casos resulta que son ciertas. Sea como sea, a mí no me parece que citar una frase inteligente en el momento adecuado sea un recurso vacío de contenido, porque nadie anda sobrado de inteligencia.

-¿Qué pasa en un país cuando una mascarilla de papel ha llegado costar dos euros y medio?

-Que tiene un problema, sobre todo si ese país está atravesando una crisis sanitaria salvaje, que exige el uso universal de mascarillas. De todos modos, ya  el precio máximo de las mascarillas quirúrgicas, fijado por el Gobierno, es de 0.96 euros.

-¿Estamos ya insensibles ante el número de muertos?

-Espero que no: el otro día pensaba que el número de muertos diarios durante los últimos dos meses es parecido al número de muertos diarios durante la guerra civil.

-¿Está dispuesto a vivir una nueva normalidad?

-No sé exactamente lo que significa eso, pero suena fatal. Estoy dispuesto a volver a vivir como siempre en cuanto se encuentre una vacuna contra el virus y se ponga al alcance de todos; o dicho de otro modo: no estoy dispuesto a renunciar a ninguna de las libertades que tenía hasta ahora, a menos que sea estrictamente indispensable, que esté estrictamente controlado y que sea por un tiempo bien acotado.

 

 

 

 

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