Los Sanfermines arrancaron este jueves con el tradicional chupinazo y con la polémica por la colocación de la ikurriña en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona.

Miles de personas vestidas de blanco y con pañuelo rojo al cuello se congregaron en la plaza Consistorial para dar la bienvenida a nueve días de fiesta ininterrumpida. "Pamploneses, pamplonesas, ¡viva San Fermín!", gritaron desde el balcón del Ayuntamiento dos integrantes de la asociación DYA, la elegida para prender la mecha del cohete anunciador de las fiestas, dando así la consigna de su inicio.

En esta ocasión, el acto estuvo rodeado de polémica por la colocación en el balcón de una ikurriña junto a las de Pamplona, Navarra, España y la Unión Europea. No es la primera vez que la bandera vasca ondea en el Ayuntamiento con motivo del chupinazo. También lo hizo en años anteriores. La Delegación del Gobierno en Navarra ha presentado un recurso contencioso administrativo por ser un "acto contrario a la legalidad vigente".

Pamplona, que estos días multiplica por cinco su población habitual, de 200.000 habitantes, cuenta con un dispositivo de seguridad en el que participarán unos 3.500 agentes de policía. España se encuentra en este momento en un nivel 4 (de 5) de alerta antiterrorista, lo que supone especial atención a eventos de asistencia masiva.

Además, la ciudad ha puesto en marcha una campaña para prevenir agresiones machistas. El pasado año, la violación de una joven por parte de un grupo de hombres en plenas fiestas conmocionó a España.