Tensa e interrumpida sesión de control al Gobierno de Esperanza Aguirre. La presidenta de Madrid debía contestar ayer a las preguntas de la oposición sobre los motivos por los que había destituido a su consejero de Deportes, Alberto López Viejo. Sin embargo, la sesión parlamentaria se convirtió en un enfrentamiento entre populares y socialistas que acabó con la interrupción del Pleno.

Aguirre se salió por la tangente y explicó a la portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez, que "la razón" que la había llevado a destituir a su consejero, vinculado a la operación Gürtel, era "la distinguirme y distanciarme del PSOE" que a pesar de tener a un ministro de Justicia que "reconoce que contravino la ley, que se saltó la ley a la torera, aún no ha dimitido".

Esperanza Aguirre desató la polémica en la bancada socialista al decir que la misión de su Gobierno en toda la polémica del caso Gürtel es "contribuir con todo lo que esté en nuestras manos a la Justicia" lo que también incluye los asuntos "por los que están imputados diputados de su grupo", dijo Aguirre en alusión al ex alcalde de Leganés y ahora diputado socialista José Luis López Raez, encausado por prevaricación en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Las palabras de la presidenta, en las que resaltó que el Partido Popular "no juzga" los casos de "imputados" en la bancada socialista, encendió a la oposición, que reclamó a gritos y golpes una rectificación a Aguirre, que se negó en redondo. Tanto fue el tumulto, que la presidenta de la Asamblea, Elvira Rodríguez, suspendió el pleno algo más de 10 minutos.

"No va a prosperar la estrategia del PP de lanzar una cortina de humo y no responder a las preguntas de la oposición sobre asuntos gravísimos", como la adjudicación de contratos por 1,2 millones de euros a las empresas de Francisco Correa, destacó la portavoz socialista.