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"España ha funcionado bien no sólo gracias a Zapatero"

  • El filósofo de cabecera del presidente, el irlandés Philip Pettit, visita Sevilla

El ideólogo de referencia de José Luis Rodríguez Zapatero, el irlandés Philip Pettit, desgranó ayer en una conferencia en Sevilla su teoría sobre el republicanismo cívico. Fue una disertación áridamente filosófica que osciló entre las obviedades, las contradicciones y las utopías.

La base de los principios de su teoría del republicanismo se condensa en dos ideas fuerza que repitió a lo largo de una charla que se prolongó durante dos horas con un auditorio netamente juvenil, de unas 50 personas. De un lado, "la idea de libertad del sujeto". El sujeto, según explicó Pettit, debe decidir sobre su vida, no debe ser un súbdito. Premisa en aparente colisión con la idea de la existencia del Estado que el filósofo irlandés defendió ya que, aunque resulte contradictorio con su primera idea, el Estado es "el único agente que puede hacer libres a todas las personas".

Primer interrogante. ¿Cómo se concilia la coexistencia de estas dos premisas si el Estado acaba interfiriendo en la vida el ciudadano aunque sólo sea a través de la aplicación de la ley? En la teoría de Pettit, la ley no es una forma de dominación del individuo sino la consecuencia derivada de la elección de un Gobierno elegido democráticamente en las urnas, donde acaba rindiendo cuentas. Puso un ejemplo que animó la charla: "Si yo le pido a mi mujer Victoria que me guarde una cajetilla de puros porque quiero dejar de fumar y luego le pido que me lo dé y ella se niega, la interferencia que hace en mi vida no es arbitraria porque sigue mis instrucciones". Por esta misma razón, explicó que algo tan común como las multas, la aplicación de la ley, no son una interferencia en la vida de los ciudadanos.

Para evitar caer en la dominación del Estado, Pettit expuso que éste debe dotar de derechos y opciones al individuo. Un ejemplo fue la ley contra la violencia de género, que facilita la independencia de las mujeres. Resultó ser el prolegómeno a una cascada de elogios a su alumno Zapatero, al que puso una nota de "9 sobre 10", por la aprobación de un amplio abanico de leyes sociales, la seña de identidad del Gobierno. Para compensar elogios admitió: "España ha funcionado bien no sólo gracias a Zapatero sino a los 25 años de democracia".

En la forma de Estado que defiende en su teoría, que es también el modelo que inspira a Zapatero, la buena marcha de la economía y la educación son pilares fundamentales. Al igual que "el imperio de la ley, trabajar por el bien común, las elecciones periódicas, la rotación de los y que haya separación de poderes". Dilema este último que dio pie a una disertación sobre el bloqueo a la renovación del CGPJ, que cree "un problema". Y es que la separación de poderes es también otro pilar de su teoría. Pocas novedades.

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