Representantes de la universidad, la cultura y la política recordaron ayer la figura del que fuera ministro de Sanidad Ernest Lluch y cómo se comprometió "muchísimo" durante toda la vida: contra la dictadura, con la democracia, con el socialismo y con el mundo académico.

"Con el País Vasco se comprometió tanto que le costó la vida" y su muerte causó una "conmoción especial", señaló el vicepresidente de la Fundación Ernest Lluch, Lluís María de Puig, al evocar en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) su asesinato en Barcelona por terroristas de ETA el 21 de noviembre de 2000.

También la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, y Enric Lluch i Galera, uno de sus primos, participaron ayer en el homenaje que se le tributó en esta institución académica, que Ernest Lluch dirigió entre 1989 y 1995.

Pajín aseguró que comparte el "compromiso" de Lluch en el sentido de recuperar en estos tiempos la utopía en las ideas socialdemócratas. Se refirió a él como un político ejemplar, hombre de pensamiento y de reflexión, un hombre de paz con mayúsculas.

"Hablaba de paz, pero también la practicaba y la ejercía y, desgraciadamente fue precisamente y seguramente por eso víctima de la sinrazón y barbarie terroristas". A Lluch, dijo la ministra, se le debe el sistema nacional de salud actual, fruto de la Ley General de Sanidad.