Manuel Pizarro, el fichaje estrella de Mariano Rajoy para la elecciones del 9-M, ha dejado de ser un diputado de a pie y en el próximo periodo de sesiones ejercerá de portavoz del Grupo Popular en la Comisión Constitucional del Congreso, encargada, entre otros asuntos, del debate sobre la reforma de los estatutos de autonomía.

Pizarro, que había rechazado varios ofrecimientos de Rajoy y de otros dirigentes del PP para tener un papel más relevante en el Congreso, y que habría querido ser ministro del Interior si el PP hubiera ganado las elecciones, tiene un profundo conocimiento del entramado constitucional dado que, antes de dedicarse a la empresa privada, fue secretario general técnico en materia autonómica con UCD y trabajó en la elaboración del título VIII de la Constitución, que establece la configuración del Estado Autonómico. Posteriormente fue jefe de asesoría política de la Comunidad de Aragón.

Pizarro llega a la Comisión Constitucional después de que su anterior portavoz, Federico Trillo, sustituyese a Ignacio Astarloa como portavoz de Justicia e Interior. El ex presidente de Endesa participó ayer mismo en la primera reunión de trabajo del equipo del PP que prepara el recurso de inconstitucionalidad contra la consulta del lehendakari Juan José Ibarretxe. "Lo que quiero es desintoxicarme un poquito de economía, donde he estado muchísimo tiempo, desde 1987, cuando aprobé las oposiciones de Bolsa, y retomar mi etapa vinculada al derecho es muy agradable", declaró Pizarro.

"Te ofrecen la posibilidad de tener una forma más intensa de trabajo, y al trabajo nunca se le dice que no", dijo Pizarro, quien la pasada semana ni confirmó ni desmintió que Esperanza Aguirre le hubiera ofrecido incorporarse a su Gobierno autonómico, aunque ya forma parte de la cúpula del PP madrileño.