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España

Feijóo busca absorber a Ciudadanos como en Andalucía

  • La formación de Feijóo confía en embolsarse los votos que aún retiene Cs para los comicios autonómicos y locales

  • Génova niega una operación para absorber al partido de Arrimadas

Alberto Núñez Feijóo saluda  al líder popular en Lérida, Xavier Palau, junto a Alejandro Fernández y Dolors Montserrat.

Alberto Núñez Feijóo saluda al líder popular en Lérida, Xavier Palau, junto a Alejandro Fernández y Dolors Montserrat. / EFE

El PP aspira en las próximas elecciones autonómicas de mayo a teñir de azul nuevos territorios y está atento a los votos que aún retiene Ciudadanos porque, de cumplirse los sondeos, podrían desperdiciarse al respaldar a unas siglas que no obtengan representación. Pese al acercamiento a los dirigentes naranjas en Andalucía, la dirección nacional del PP niega la existencia de una operación para absorber al partido de Inés Arrimadas, lo que no impide que dirigentes de peso confirmen movimientos para amparar a sus adversarios bajo el paraguas del Partido Popular.

Los contactos para tentar a dirigentes con tirón electoral o de perfil técnico difieren en estilo a la opalanzada por Teodoro García Egea en la etapa de Pablo Casado, cuando el ex de Ciudadanos Fran Hervías trabajaba en Génova y se buscaba desgastar a la formación, lo que generó tensiones en los territorios donde ambos actores cogobernaban.

Alberto Núñez Feijóo renegó de esta vía cuando tomó las riendas del partido, lo que no impidió que en Andalucía, donde los socios de coalición tenían un pacto de no agresión para no dejarse contaminar por Génova, el candidato a la reelección, Juanma Moreno, propusiera a Juan Marín sumarse a su papeleta.

El entonces vicepresidente y candidato de Cs declinó la oferta, los naranjas quedaron fuera del Parlamento y cuatro meses después Moreno ha reenganchado a Marín al frente del Consejo Económico y Social. Su caso no es único, el PP ha contado con compañeros de coalición provenientes de Cs en el Gobierno y entre sus altos cargos.

El presidente andaluz, el barón popular con más poder en la actualidad, ha retomado además la propuesta de abrir las listas del PP a los naranjas de cara a las municipales. "Abrimos las puertas para hacer un proyecto conjunto, para seguir construyendo una alternativa al sanchismo, para seguir mejorando muchos municipios", dijo Moreno ante el Comité Ejecutivo de su partido, en el que calificó a Ciudadanos de "partido hermano".

Sobre las expectativas de la formación en los comicios autonómicos y locales de mayo especulan también en el PP nacional, que tiene como coordinador general a quien hasta hace medio año era el segundo de Moreno, Elías Bendodo.

Aunque el trasvase de votos de Cs al PP es ya mayoritario dado que hasta un 54,4% respaldarían a Feijóo, según el último barómetro del CIS, hay perfiles políticos de peso con capacidad de retener para sí un voto clave, pero que corre el peligro de quedarse sin representación. Un caso sobresale entre el resto, el de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, uno de los rostros más conocidos de Cs, que podría pasar de ser tercera fuerza y cogobernar la capital de España a quedarse fuera del consistorio.

Las especulaciones sobre la incorporación de Villacís al PP han sido continuas durante todo el mandato y la dirigente naranja no ha dejado de descartarse, mientras que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha destacado que es un "gran activo". Sin embargo, con el paso del tiempo y el empeoramiento de las perspectivas electorales cada vez son menos los votos en juego entre ambos, como apuntan en el PP.

Pese a que el trasvase es continuo, la música que toca el PP no le suena bien a la dirección nacional de Cs, inmersa en un proceso de refundación que culminará en enero y que incluye elegir liderazgo.

En el caso de Andalucía, Cs desvinculó la nueva ocupación de Marín con un proceso de absorción con el argumento de que la Presidencia del Consejo Económico y Social de Andalucía (CES) es un puesto institucional y no político, que hasta ahora ocupaba el socialista Ángel Gallego.

Dirigentes naranjas sí reconocen el acercamiento y el diferente estilo que el nuevo PP ha aplicado en la aproximación. Sin embargo, creen que el PP se equivoca al considerar que el voto naranja les pertenece. Su impresión es que los votantes que pierdan irán a la abstención y recuerdan los casos de corrupción del PP que les auparon frente a su adversario.

El CIS corrige sus impresiones. Hasta el 70% de los votantes naranjas sostienen que votarán con seguridad, el 90% lo harán a la votación que más les convenza en el momento y sólo un 3,2% declaran que no votarán, mientras que un 9,9% irá a las urnas pero no sabe todavía a quién respaldará.

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