El PP logra reprobar en el Senado la gestión de Magdalena Álvarez
La mayoría de los populares en la Cámara Alta, más las abstenciones de CiU, CC, ERC e ICV, propician una victoria simbólica que no altera el futuro de la ministra
Tras fracasar en el Congreso la reprobación de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, por la crisis de los trenes de Cercanías, el PP, a través de su senador y presidente del PPC, Daniel Sirera, volvió ayer a la carga en el Senado y consiguió reprobarla por fin gracias a su mayoría minoritaria en la Cámara Alta -123 escaños sobre 259- y a la abstención de CiU, Coalición Canaria y los senadores de la Entesa de ERC e ICV. Los votos del PSOE, PSC, PNV y parte del Grupo Mixto no impidieron, en esta ocasión, que Álvarez, que no estuvo presente en la sesión, saliera airosa. El resultado final fue 120 votos a favor de la moción del PP, 116 en contra y 14 abstenciones.
Con el resultado en el luminoso, los senadores del PP estallaron en un cerrado aplauso al entender que habían logrado un triunfo que, pese a que no ser vinculante para el Gobierno y carecer del valor que hubiera tenido una decisión similar del Congreso, cerró la presente legislatura en la Cámara Alta.
Para intentar conseguir el mayor respaldo, Sirera, que sustituyó hace pocos meses a Josep Piqué como senador y como presidente del PPC, llevó al pleno del Senado una iniciativa "no muy original", un calco de la moción que el 16 de noviembre impulsaron ERC y ICV en el Parlament de gracias a los votos de todas las fuerzas excepto el PSC, y que exigía a Zapatero la destitución de la ministra de Fomento.
El portavoz popular explicó que más de 160.000 usuarios diarios del servicio de Cercanías en el tramo entre San Vicenç de Calders y Barcelona llevan "más de un año sufriendo demoras en sus desplazamientos". Sirera culpó directamente a la ministra de estos graves trastornos, y tachó su gestión de "ineficaz".
Acto seguido intervinieron Lluís Aragonès (ERC), Jordi Guillot (ICV) y Pere Macias (CiU) en representación de 12 diputados catalanes de estos grupos, para defender una enmienda de sustitución en la que, además de reclamar la destitución de Magdalena Álvarez, culpaban al PP del déficit de infraestructuras de Cataluña y le pedían la retirada del recurso de inconstitucionalidad que presentó contra el Estatut.
Para justificar la abstención, que acabaron de anunciar al término de sus intervenciones, estos tres senadores coincidieron en que "el PP no tiene fuerza moral ni legitimidad para reprobar a nadie", y en el carácter electoral de la moción. Guillot llegó incluso a calificar de "politiquería" la iniciativa de Sirera.
El portavoz del PP tomó de nuevo la palabra para hacerles ver que estaban "haciendo el ridículo ante la ciudadanía de Cataluña". "Han presentado las enmiendas para no aprobarlas", agregó Sirera, que defendió que las inversiones en Cataluña decrecieron con la llegada al poder en 2004 del PSOE. Sobre el Estatut, el popular les pidió con sorna que "confíen un poco más en lo que han hecho".
Tras la intervención de los portavoces de BNG y Coalición Canaria, que anunciaron su voto en contra y su abstención, respectivamente, Pere Macias volvió a tomar la palabra, y, en esta ocasión, arremetió contra la ministra de Fomento y contra el Gobierno socialista, dándole un matiz diferenciador a la abstención de su grupo con una traca final: "España ha cometido una profunda injusticia con Cataluña en inversiones públicas".
Tras el portavoz del PNV, que se mantuvo leal al Gobierno, los socialistas salieron en defensa de la ministra de Fomento en dos turnos. Primero le tocó al representante de la mayoría de la Entesa, Ramón Aleu, que insistió básicamente en que Magdalena Álvarez se limitó a "hacer cumplir a las empresas los plazos fijados en los contratos firmados" en las obras del AVE.
Su compañero del PSOE, Vicente Guillén, que se mostró más rocoso, arremetió contra Sirera por sus descalificaciones contra Álvarez, en un tono ciertamente paternalista, y cumplió al trasladar que el portavoz PP buscaba cubrir dos objetivos: "Desgastar al Gobierno y consolidarse usted como presidente del PP Cataluña".
Sirera no se arrugó, y le recordó que quienes han llamado a la ministra "chula, prepotente y facha" han sido "sus socios de Gobierno" en Cataluña, en clara referencia a ERC.
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