El proceso independentista se le ha ido de las manos al Govern, la fractura social se agrava entre quienes salen a la calle en Cataluña y quienes permanecen en silencio, pero es posible que también se le haya ido de la mano al Gobierno español. El Ministerio del Interior, dirigido por Juan Ignacio Zoido, ha comunicado que los agentes desplazados en la comunidad, incluido los que se alojan en tres buques en el puerto de Barcelona, se quedan hasta el día 5 de octubre. La medida se adoptó en una reunión en Moncloa después de que varios policías y guardias civiles sufrieron escraches en las poblaciones de Pineda de Mar y Calella, donde tuvieron que abandonar los hoteles donde se alojan. La jornada de paro que este martes vive Cataluña se está desarrollando, precisamente, contra esta actuación policial, los agentes son el objeto de la protesta, pero aunque están recibiendo apoyos en el resto de España, en Barcelona se percibe cierto desamparo desde el Ministerio del Interior a los funcionarios que llevan aquí desde la semana pasada. El portavoz del sindicato de la Guardia Civil (AUGC), Juan Fernández, se preguntó el lunes dónde están los directores generales de la Policía Nacional y de la Benemérita y tachó de "fracaso" el dispositivo preparado por el coronel Diego Pérez de los Cobos. Los sindicatos comienzan a filtrar que la operación fue fruto de la improvisación, de ahí que se tuvieran que meter a los policías y guardias en tres buques, mientras que se dejó desprotegidos a otros cientos en hoteles y pensiones de la comunidad. Zoido, el ministro, pasó la jornada del lunes en Sevilla, donde asistió a un acto conmemorativo de la Policía Nacional. Zoido, obligado, ha intervenido para prometer que defenderá "la dignidad" del cuerpo.

La jornada del domingo refleja bien estas críticas. A los policías y guardias se les dio la orden de salir para cerrar colegios –se les entregó un listado a cada grupo a las nueve y once minutos de la mañana- cuando se comprobó que los Mossos no colaboraban. Aunque esto era evidente desde el viernes, no hubo un plan B y los agentes del Estado no pudieron cerrar los 500 colegios indicados.

Miles de personas están participando en manifestaciones en Barcelona, no hay una huelga general como tal, pero sí una jornada de protesta con un cierre masivo de centros escolares y, en menor medida, de comercios. En la ciudad condal hay dos grandes manifestaciones: una en la plaza de la Universidad y otra en Vía Layetana, donde está la comisaría general de la Policía Nacional. Allí hay gente concentrada desde el pasado domingo. Cada vez que el semáforo se pone en rojo para el tráfico, suenan las pitadas contra los agentes. En otros lugares de la comunidad se han levantado barricadas con las urnas utilizadas el pasado domingo y hay medio centenar de carreteras cortadas. Los bomberos de Barcelona son los que han ido abriendo la manifestación que se comenzó a agrupar frente a la Delegación del Gobierno y que transcurrió ante Universidad. Los manifestantes no forzaron el cierre de las cafeterías y de los pequeños supermercados que han permanecido abiertos sin seguir la jornada de huelga. Sí se produjeron momentos muy tensos frente a la sede del PP y, en especial, en la de Ciudadanos, donde los parlamentarios Fernando de Páramo y Carlos Carrizosa tuvieron que salir escoltados por la policía. Pasada media mañana, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, hizo un llamamiento a la calma.

La jornada de este martes está convocada por Usoc, que es el tercer sindicato de Cataluña, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) y Omnium, además de otras organizaciones agrupadas en la llamada Mesa por la Democracia.