Cataluña

El Gobierno insta al presidente del 'Parlament' a buscar otro candidato

  • Satisfacción tanto en el Ejecutivo como en la oposición ante el final del 'procés'

Santamaría: "Es momento de que en Cataluña se construya y se deja de destruir"

Casi nadie puede disimular su satisfacción. El Gobierno casi en pleno -aunque sin Mariano Rajoy- y los dirigentes de PP, PSOE y Ciudadanos enviaron ayer mensajes similares: los independentistas deben claudicar y reconocer en público lo que Carles Puigdemont dijo en privado a su ex conseller Toni Comin, el procés tiene los días contados.

Tras asegurar que "ha llegado el momento de que se asuma públicamente, lo que se dice en privado", la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, pidió al presidente del Parlamento catalán que abra una nueva ronda de contactos con los grupos de la Cámara catalana para "salvar la situación generada" por Puigdemont. "No me puedo creer que entre los más de 100 diputados no haya nadie que pueda recuperar la senda del consenso y el diálogo", apostilló la número dos del Ejecutivo del PP.

En términos similares se pronunció el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien cree que los independentistas tienen "miedo" a decir que Puigdemont no volverá a ser presidente de Cataluña y defendió que España no puede paralizarse porque "unos no dicen la verdad a sus votantes". Sin embargo, el dirigente de la formación naranja rechazó impulsar una investidura fallida de su líder en Cataluña, Inés Arrimadas, para que comiencen a correr los plazos para unas nuevas elecciones en el caso de que ningún candidato sea investido porque sería utilizarla como "un cartucho o una artimaña jurídica".

Los socialistas creen que los mensajes de Puigdemont explicitan que "no tenía una hoja de ruta muy definida y, sobre todo, muy responsable". Lo dijo el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, para quien los "desencuentros del bloque independentista" demuestran que en el proceso había "intereses personales, de grupo y electorales". Susana Díaz y Felipe González, que estaban ayer en Bruselas, también pidieron a Puigdemont que asumiera responsabilidades.

Los dirigentes de Podemos, sin embargo, rechazaron en la medida de lo posible dar su opinión sobre los mensajes del ex president. Iglesias esquivó hasta en cinco ocasiones las preguntas de los periodistas.

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