El presidente de la Generalitat, Quim Torra, garantizó ayer a la CUP que actuará con "plena ambición nacional" sin "renunciar a nada", y se comprometió a arrancar un "proceso constituyente", aunque no alcanzó acuerdos concretos sobre la "agenda de ruptura" que piden los antisistema.

Así lo explicó la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi, quien compareció en rueda de prensa para valorar la reunión entre Torra y los diputados de la CUP Carles Riera y Natàlia Sànchez.

Artadi afirmó que Torra había trasladado a la CUP que "no piensa renunciar a nada" y que actúa con "plena ambición nacional, como no puede ser de otra manera".

Sin embargo, el presidente catalán no se mostró predispuesto a reafirmar en el Parlament la declaración de soberanía del 9 de noviembre del 2015 -suspendida por el Constitucional- como pide la CUP, pues Artadi subrayó que, más que el texto, lo importante es "contar con el espíritu de la declaración y en esto estamos al cien por cien de acuerdo", afirmó.

Torra se reafirmó por su parte ante el líder del PPC, Xavier García Albiol, en mantener los símbolos soberanistas en la fachada del Palau de la Generalitat, pero prometió "diálogo y negociación" al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.

Artadi explicó tras la reunión que mantuvieron Torra y García Albiol en el Palau de la Generalitat que pudieron "discutir a nivel político" y "entender las discrepancias".

García Albiol pidió a Torra que contribuya a "destensar" la situación retirando símbolos soberanistas y le reclamó que acuerde una "propuesta de mínimos" con la oposición en Cataluña antes de reunirse con Sánchez.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, advirtió ayer a su vez que el presidente del Gobierno tiene en su mano el acercamiento a prisiones de Cataluña de los líderes políticos que están en la cárcel por el procés. En un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, Colau instó a construir una nueva fase de diálogo, aunque puntualizó que tras las primeras palabras "esperanzadoras" es el momento de que los "gestos simbólicos" se transformen en medidas concretas, empezando por el ámbito penitenciario.