España

Los presos del 'procés' estarán agrupados en la misma cárcel

  • Junqueras, Romeva, Sànchez y Cuixart hacen noche en Zaragoza antes de llegar hoy a Barcelona

Cuatro de los políticos independentistas presos emprendieron ayer el camino hacia Cataluña, mientras el Gobierno ultima el traslado del resto de líderes del procés a las cárceles de Lledoners, donde los siete hombres procesados por rebelión estarán agrupados por primera vez, y Puig de les Basses, donde ingresarán las dos mujeres. Los primeros presos catalanes -el ex vicepresidente Oriol Junqueras, el ex conseller de Exteriores Raül Romeva, el ex diputado del Parlament y ex líder de la ANC Jordi Sànchez y el presidente de Òmnium Cultural Jordi Cuixart- salieron ayer por la mañana de la prisión madrileña de Valdemoro, en un furgón de la Guardia Civil, con destino a la cárcel de Zuera (Zaragoza), donde pasaron la noche a la espera de ser conducidos a Cataluña.

Los cuatro reclusos, desplazados junto a otros 18 en una conducción ordinaria de la Guardia Civil, ingresarán hoy en la cárcel Brians 2 de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), la que habitualmente recibe a los presos preventivos para su posterior reparto. Posteriormente, serán trasladados por los Mossos d'Esquadra al centro Lledoners de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona), uno de los más modernos del sistema penitenciario catalán, inaugurado en 2008, que el Departamento de Justicia les ha adjudicado teniendo en cuenta, como es habitual, el perfil de los reclusos, sus necesidades y la proximidad respecto a sus familiares.

ANC y Òmnium llaman a una concentración delante de la prisión para recibir a los presos

Instituciones Penitenciarias notificó ayer al Departamento de Justicia su intención de trasladar en las próximas horas a Cataluña a los ex consellers de Presidencia Jordi Turull, Territorio y Sostenibilidad Josep Rull e Interior Joaquim Forn, una vez que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena manifestó que no tiene objeciones a los desplazamientos. El destino de esos otros tres ex consellers será también la cárcel de Lledoners, donde por primera vez los siete hombres presos por el procés podrán compartir el mismo centro penitenciario: en Madrid, estaban repartidos entre las cárceles de Estremera y Soto del Real. También las dos mujeres encarceladas, la ex consellera de Trabajo Dolors Bassa y la ex presidenta del Parlament Carme Forcadell, que sí compartían hasta ahora la prisión de Alcalá-Meco, estarán internas en el mismo centro, Puig de les Basses de Figueras (Gerona), inaugurado en 2015 y que actualmente cuenta con apenas 35 internas. Según fuentes penitenciarias, Bassa y Forcadell serán trasladadas hoy a Cataluña directamente, sin pernoctar en el camino, a diferencia de los cuatro primeros reclusos desplazados.

El traslado de los líderes del procés suscitó las críticas de PP y Ciudadanos, ya que considera que obedece a contrapartidas políticas para el Gobierno de Pedro Sánchez y expresaron su indignación por el hecho de que ahora los reclusos estén bajo el control de la Generalitat.

La consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi, incidió en que el acercamiento de los presos es una "obligación legal" y insistió en que no debe entenderse "como una contrapartida para una renuncia". Asimismo, Artadi afirmó que el Ejecutivo catalán no se plantea "poner límites" a concentraciones de protesta ante las cárceles catalanas si transcurren de forma pacífica.

Precisamente, Òmnium Cultural y ANC convocaron para esta tarde una concentración ante la prisión de Lledoners para dar la bienvenida a los independentistas presos. De hecho, los accesos al penal se llenaron ayer de pintadas con lemas como Libertad presos políticos u Os queremos en casa libres. Además, las entidades soberanistas anunciaron que convocarán una manifestación el sábado 14 por la tarde en Barcelona, de la cual aún deben ultimar los detalles, para mostrar que la sociedad catalana quiere a los presos "libres y sin cargos".

Por otro lado, el ex director del Diplocat Albert Royo admitió ayer ante el juez que esta entidad pagó los viajes de delegados parlamentarios europeos que se desplazaron voluntarios a Cataluña por la consulta ilegal del 1 de octubre, aunque negó que fueran observadores internacionales contratados por el Govern para supervisarlo.

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