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España

Un juez registra la central de una unidad de los Mossos que ocultó unas escuchas

  • El juez acusa a la unidad de encubrir a un narcotraficante dando copias alteradas.

El juez que investiga una unidad de los Mossos d'Esquadra acusada de encubrir a un narcotraficante ha irrumpido, acompañado de agentes de la Policía Nacional, en el complejo central de la policía catalana en Sabadell (Barcelona) para hacerse con los originales de las escuchas telefónicas que sospecha se le ocultaron.

Según han informado a fuentes cercanas al caso, el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, ha entrado hacia las 11:00 en el complejo Egara de Sabadell, que alberga entre otras el Área Central de Medios Técnicos de los Mossos, acompañado de la secretaria judicial y de agentes de la División Económica y Técnica (Sitel) del Cuerpo Nacional de Policía.

Con esta insólita intervención en la sede central de los Mossos d'Esquadra, el juez pretende clonar los originales de las grabaciones de las conversaciones telefónicas intervenidas a varios narcos a los que investigaba, ante la sospecha de que la unidad de la policía catalana que realizaba las escuchas le entregó copias alteradas.

Esta diligencia se enmarca en la causa sobre un supuesto caso de corrupción policial en la Unidad Adscrita de los Mossos d'Esquadra, en la que el juez Aguirre mantiene imputados al subinspector Antoni Salleras y a cinco de sus subordinados acusados de proteger a supuestos narcos y a agentes de la policía catalana a los que el magistrado había ordenado investigar por tráfico de drogas. El juez sospecha que en los DVD que los Mossos d'Esquadra le facilitaron se omitían 708 ficheros de audio, 711 archivos de transcripción, 1.490 ficheros de sms y que otros cuatro ficheros de audio no eran idénticos al original, como ha constatado un informe pericial encargado por la acusación popular ejercida por el sindicato ultraderechista Manos Limpias.

Para contrastar ese informe de parte, el juez, a instancias de la Fiscalía, ha encargado a la División Económica y Técnica de la Policía Nacional que coteje las copias máster de las conversaciones intervenidas a los imputados en esa causa con los DVD que la Unidad Adscrita le iba entregando a lo largo de la instrucción. Sin embargo, la Policía Nacional ha advertido al juez que le es imposible realizar correctamente la pericial, especialmente la transcripción de las conversaciones omitidas, debido a que las copias máster entregadas por los Mossos d'Esquadra son defectuosas.

Por ese motivo, el juez ha acordado la entrada en el complejo central de los Mossos para que los peritos policiales puedan hacerse personalmente con una copia fidedigna de las conversaciones, accediendo a los originales archivados en los discos duros de los medios informáticos de la policía, de lo que debe dar fe la secretaria judicial en presencia del magistrado. Con las grabaciones que obtengan en el complejo Egara, los agentes deberán determinar las diferencias existentes entre los originales de las conversaciones y las copias que en su día le fueron entregadas al juez, así como identificar completamente los ficheros de audio, sms y transcripciones que falten. De acuerdo con la petición del fiscal, los peritos del Sitel deberán realizar también una transcripción completa de las conversaciones y los mensajes de texto que figuren en el máster y que no estén incorporadas en las copias entregadas al juzgado.

Asimismo, deberán determinar si la omisión de conversaciones, mensajes o transcripciones es atribuible a la actuación de un agente o debida a algún tipo de error o fallo técnico. La Fiscalía pidió al juez que encargara esa nueva prueba pericial a la Policía Nacional o a la Guardia Civil ante la necesidad de "evitar en lo posible cualquier atisbo de duda, interesada o no, acerca de la imparcialidad de los peritos".

La acusación ejercida por el sindicato Manos Limpias sostiene que la supuesta manipulación de ficheros entregados por los Mossos d'Esquadra al juez buscaba desviar la atención de la investigación sobre el entorno delictivo del supuesto narco Manuel G.C., un confidente policial que resultó clave en la investigación de una trama de corrupción de la Policía Nacional vinculada a los prostíbulos Saratoga y Riviera, de Castelldefels (Barcelona). Precisamente, esa investigación fue llevada a cabo por la Unidad Adscrita dirigida por el imputado subinspector Salleras, división que fue creada ex profeso para dicha operación.

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