Prematuridad, en cifras

Un total de 4.299 bebés andaluces nacieron pretérmino en 2017, un 14% menos que el año anterior. Un 67% de estos recién nacidos (2.767) requirieron ingreso, con una estancia media de 20 días. En el Hospital Universitario Virgen Macarena se producen alrededor de 3.000 nacimientos cada año; de ellos, 200-250 son prematuros. "Nuestros números están dentro de lo publicado a nivel nacional y internacional", afirma la jefa de Neonatología, Salud Luna. "Tenemos una tasa de prematuridad de entre un 8-10% de recién nacidos vivos, con diferentes cifras absolutas dependiendo de los años.

Causas de nacimientos pretérmino

En los países desarrollados, los motivos del adelanto del parto tienen que ver con "complicaciones maternas: mal control de la tensión o alguna enfermedad vasal crónica, la diabetes, otro tipo de enfermedades y problemas derivados del propio embarazo, infecciones o algún evento negativo que ocurra durante la gestación", explica la doctora Luna.

"Está demostrado que el consumo de tabaco puede ocasionar que nazcan niños más pequeños, con bajo peso, pero no la correlación de algún hábito concreto con que se produzca un parto prematuro", añade Juguera. "Sí se sabe que llevar una vida estresante, hacer ejercicio o prácticas no recomendables para la gestación, además de llevar una mala alimentación, pueden influir en un conjunto, pero aún no hay respuestas científicas al respecto", relata la neonatóloga.

Llegada a la UCI Neonatal

El padre suele acompañar al bebé en su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos. Una vez allí, "se le explica dónde estará el niño, se le toma una serie de datos para su identificación y gestionar el ingreso, y se los mantiene informados siempre que ellos lo demanden o que el equipo médico considere que es importante que estén al tanto de algún cambio en la evolución". 

Los padres tienen acceso a la unidad las 24 horas. Una de los empeños del equipo de neonatología es que "la mamá, aunque no esté en condiciones físicas para poder hacerlo, pueda aportar la leche para que cuando pueda alimentarse al recién nacido sea con la leche de su propia madre". 

Duración del ingreso

Luna insiste en que "todo va a depender de la edad gestacional". "Consideramos que un parto es prematuro por debajo de las 37 semanas de edad gestacional, pero en el Hospital Virgen Macarena sólo ingresan, si todo está bien, por debajo de 35 semanas. si tienen unas 34-33 semanas y no presentan problemas, se quedan en una unidad intermedia hasta que el niño es capaz de alimentarse bien, recupera el peso que tiene al nacer (normalmente en los primeros días hay una pérdida de peso) y cuando vemos que mantiene sus constantes normales se le daría de alta", detalla la doctora Juguera. 

Los prematuros extremos, "de 24 semanas, como mínimo, hasta que no cumplen una edad gestacional de 35 y alcanzan un peso superior a 2 kgr deben estar ingresados. Todo depende de la evolución de cada niño. Un 24 semanas puede estar hasta tres meses ingresado", concluye. 

Como en el útero materno

"Poca luz, poco ruido, estar calentito y húmedo y que se les moleste lo mínimo posible" son las necesidades que tiene un bebé pretérmino para sentirse bien, explica la doctora Inmaculada Juguera. Es imprescindible "no hablar alto, no producir ruidos elevados y evitar que reciban luz directa, por eso tenemos mantas cubreincubadoras, para tener una luz mínima]. Lo ideal es imitar las condiciones intraútero". 

Es recomendable que, "siempre que se les manipule sea de manera muy suave, cumpliendo unos horarios, cuidando mucho el control del dolor". 

Desde Enfermería se utilizan escalas de valoración homologadas por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) que se les hace a los niños tanto en el ingreso como cada vez que haya una alteración que nos haga sospechar que puede estar produciéndose ese dolor. Esa escala la pasamos con cierta periodicidad, los facultativos la valoran y ya se instauran las condiciones de control del dolor. 

Isaac Garcés hace hincapié en la importancia de recurrir a otras medidas para calmar a los pequeños antes de optar por la analgesia farmacológica. "Intentamos ser muy naturales con las cosas que hacemos. Utilizamos la estimulación del niño, la aproximación de los padres, el suministro de glucosa a medida,... lo necesario para transmitirles sensación de tranquilidad".

Los padres y la recuperación

La presencia de los progenitores es "siempre positiva", indica el responsable de Cuidados de Enfermería de Neonatología Isaac Garcel, porque "al niño lo mejora, le ayuda y además establecen un vínculo, que sólo a través de la máquina no podría crearse". 

"El hecho solo de sentir el calor y la piel de la madre, para el niño es muy gratificante porque lleva siete u ocho meses dentro del vientre materno, entonces, ese tiempo lo ha desarrollado percibiendo un sonido, una serie de cosas que el bebé va a notar cuando, de alguna manera, sienta a su madre. El padre también es fundamental. Su cercanía es una manera de desarrollar un lazo con él y es muy positivo". "Es esencial para su maduración afectiva, lo que influirá en el futuro estado psicológico y neurológico del niño".  

Claves para el restablecimiento

No existe una fórmula que garantice el éxito, "depende de cada prematuro", repite la doctora Juguera. "Haciendo las mismas cosas en niños de la misma edad gestacional y de la misma forma algunos evolucionan muy bien y otros no", explica la neonatóloga. "Hay que evitar que sucedan las complicaciones. Intentamos ser mínimamente invasivos, que desde el primer momento se alimenten con leche materna para que no se produzcan problemas digestivos, infecciones o enterocolitis. Todos esos pasos los intentamos dar del mismo modo en todos los pacientes pero depende mucho de cada recién nacido".

Nacimientos pretérmino y lactancia

El adelanto de alumbramiento dificulta la lactancia. "La mama se empieza a preparar mucho antes del parto para producir leche pero, una vez que nace el niño, el primer estímulo es la succión y estos bebés no tienen fuerza para efectuarla, por lo que se hace mecánicamente, con extractores y en un horario concreto. Al principio puede que no salga mucha pero esa estimulación mantenida, junto al contacto piel con piel con el bebé, promueve la producción de leche", describe Juguera.

La importancia del Banco de Lactancia

La Unidad de Neonatología del Macarena recibe, desde hace algunos meses, leche materna pasteurizada del Banco de leche del Virgen del Rocío para alimentar a los recién nacidos. "Muchas veces sucede que la madre está en la UCI o se encuentra mal y, los primeros días de vida del niño, contamos con la leche humana donada (LHD) hasta que la mamá puede darnos la suya propia". 

Esta medida ayuda a "prevenir infecciones y patologías digestivas", indica la neonatóloga Inma Juguera. Los bebés "toleran mucho mejor y más rápido la alimentación y nos permite quitarles antes las vías (que son un punto de posible entrada de infecciones) y que decrezcan las infecciones nosocomiales, que cogen dentro de los hospitales. También hemos comprobado una mayor implicación de todo el personal en que la mamá, desde el principio, sepa cómo estimularse, cómo traer la leche para su bebé".

Por ahora, sólo pueden recibir LHD los prematuros, de menos de 32 semanas o menores de 1500 gramos; también casos con necesidades especiales, con más riesgo de padecer problemas digestivos.

Mamás aptas para donar

Aunque en el Virgen Macarena aún no se hace la fase de captación de leche, que sería el próximo objetivo del centro hospitalario, existen unos requisitos que las mamás donantes deben cumplir:

1. Que esté amamantando y tenga suficiente leche para su bebé.
2. Hábitos de vida saludable, no consumir tóxicos, alimentación equilibrada.
3. Superar un control serológico, de infecciones, para que no se transmita nada a través de la leche.

Una vez en el banco, esa leche pasa unos procesos para eliminar gérmenes, para prepararla para suministrársela a los neonatos.