XXIII Exhibición de enganches

Brillo en un preludio de tonos grises

  • Más de un centenar de carruajes se lucieron en el tradicional espectáculo, a pesar de las nubes que cubrieron el coso de la Maestranza durante el concurso

“Todos los días no tiene una el privilegio de pisar la arena de la Maestranza, por eso nos llevamos todo el año preparándonos para esta ocasión”. A pesar de su juventud, María José Peña,–ganadora en la edición pasada del SIAT del premio de Manejabilidad, lleva tres años participando en la Exhibición de Enganches que el Real Club de Enganches de Andalucía organiza desde hace 23. Ayer, una hora antes de comenzar este paseo de carruajes, todas las miradas se centraban –además de en el cielo que comenzaba a cubrirse de nubes grises– en ella y en su joya de museo que luciría más tarde sobre el coso maestrante, un faetón pony basket.

Sobre una estructura de mimbre y ataviada a la usanza del siglo XVIII, la joven portaba una sombrilla que la protegía del sol: “Es un coche de paseo que se usaba por la mañana y lo habitual era cubrirse con ella”. Pero lo cierto es que las protecciones contra los rayos solares pronto dejaron de ser útiles. En los tendidos de la plaza de toros, los habituales sombreros de paja, los abanicos sobre las cabezas y demás inventos para librarse del calor que suelen manifestarse en este evento pasaron a un segundo plano, apaciguando el calor una brisa húmeda, ojo avisor de lo que se espera para hoy en el real de la feria.

Con estricta puntualidad, el cscuadrón de Caballería de la Policía Nacional entró por la Puerta del Príncipe dando por inaugurada la jornada de carruajes. Inmediatamente después el coche del invitado de honor de este año, la Real Federación Hípica Española, y del modisto Toni Benítez, encargado de premiar a la Mejor Mantilla, dieron varias vueltas a la plaza al son de la música del clásico Suspiros de España.

Entre los carruajes que se exhibieron, más de un centenar provenientes de distintos puntos de la geografía española y europea, fueron muchos los que destacaron. Algunos de sus integrantes era la primera vez que participaban, como es el caso de Asunción Galván, que para la ocasión lució una limonera a la inglesa. “Una araña del siglo XVIII biplaza que los médicos usaban para visitar pacientes”, describía su lacayo José Manuel Galván quien confesó que, aunque portara el 13 en su cabina, se mostraban confiados de sus posibilidades.

Con tan sólo 15 años, Ana Muñoz Fernández ya sabe lo que es salir por la Puerta Grande en La Maestranza. El pasado año logró el premio a la cochera más joven. Ayer, con una yeguada de pura raza española y sobre un coche antiguo de caza, la también campeona de España de Tronco Joven se disponía a repetir la hazaña. En su salida por la calle Iris la joven tuvo que controlar con las riendas a su caballo, problema que rápidamente supo controlar logrando los aplausos de un público que tuvo la oportunidad de contemplar varias incidencias durante el la exhibición.

Otra de las piezas que levantaron más expectación fue el tandem-car, un antiguo taxi inglés cuyas puertas se abren desde la parte superior de la cabina, lugar en el que el cochero se sentaba facilitando la comunicación entre el cliente y el propietario.

A las piezas únicas de museo, como el duque a la sopanda que guió uno de los socios más pequeños del Real Club de Enganches de Andalucía (10 años), se sumaron también las más tradicionales, como el carruaje que presentó Manuel Baez Litri, un break a la calesera, la forma más clásica de enganchar en nuestra tierra.

Destacaron en la jornada de ayer los numerosos carruajes guiados por mujeres y niños, así como las señoras vestidas de mantilla color crema. Entre las veteranas, Ana María Bohórquez que presentó a concurso dos enganches: uno guiado por ella y una carretela a sopanda con caballos de pura raza española.

Los niños, sin duda, apuntaron la nota más amable del evento. Jacobo Parias con 2 años es el más pequeño de la jardinera inglesa que portaba el número 52. Le acompañaron, vestidos con el traje regional, sus primos y hermanos Sofía, María del Pilar, Ángela, Begoña, Pedro y Leticia. Su tío Roberto Peral asegura que ésta siempre fue “la ilusión del abuelo” y que el año que viene ya está previsto que se incorpore la más pequeña de la familia, Inés. Todo para mantener siempre viva esta “bonita tradición”, añadió.

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