Balance

La ocupación hotelera roza el 76% en la semana de farolillos

  • Los hoteles de gama media son los que han recibido mayor número de clientes en esta fecha · El sector se muestra "moderadamente" satisfecho con las cifras.

Se acabó. Punto final. La Feria de 2011 ya es historia. Puro recuerdo. Ahora sólo queda desmontar y pensar ya en el próximo año, cuando sea un nuevo alcalde el que ilumine la portada. Se va una Feria donde no se ha alcanzado el lleno en los hoteles, aunque se han superado las previsiones, sin humos en las casetas y con muchos fumadores en las calles, en la que el buen tiempo ha sido predominante (excepto la lluvia en la madrugada y tarde del sábado) y en la que ha habido una menor afluencia de público que en otras ediciones, unos feriantes que han optado por acudir al real bien entrada la tarde y con la digestión echa en casa. Cosas de las crisis.

La de este año pasará por ser una "buena" Feria, si se aplica dicho calificativo en su sentido más correcto. Sin grandes cifras, pero manteniendo el nivel. Las previsiones de ocupación en los hoteles se han superado. En esta ocasión, y al contrario de lo ocurrido en Semana Santa, donde la lluvia provocó una bajada en las reservas de última hora, éstas sí se han producido provocando que el porcentaje de ocupación hotelera de estos días roce el 76% de las plazas, según los primeros datos que maneja el sector y que fueron dados a conocer ayer por la delegada de Fiestas Mayores y Turismo, Rosamar Prieto-Castro, quien recordó que la previsión inicial situaba dicho porcentaje en algo más de un 73%, por lo que el crecimiento ha sido de tres puntos. Ello quiere decir que un 25% de las plazas no se han ocupado, cifra bastante alta si se tiene en cuenta que es temporada alta.

Si en Semana Santa la mayoría de los clientes se alojaron en hoteles de cuatro y cinco estrellas, en Feria lo han hecho en los de dos y tres, seguidos por los de una y apartamentos. Los que han tenido menor ocupación han sido los de gama alta. La concejal destacó el esfuerzo de los empresarios por "remontar" las cifras con importantes ofertas a los turistas y aseguró estar "moderadamente" satisfecha con los resultados de la semana de farolillos.

La delegada de Fiestas Mayores insistió también en que no ha habido que lamentar grandes incidentes (aún colea el crimen de la Feria de 2009), en parte, también, porque la noche en la Feria ha ido perdiendo adeptos ante el tipo de público que predomina en el real bien entrada la madrugada. Una Feria en la que hubo mucha gente, pero no tanta como otros años. Lo que sí pudo comprobarse, especialmente el martes y jueves, fueron las calles colmatadas de feriantes, o, mejor dicho, de fumadores que hacían intransitables las aceras. Ha sido el resultado de la entrada en vigor de la ley antitabaco que dejó vacías unas casetas donde cocineros y camareros ya se lamentan de los daños causados. Tiempo que se está fuera, tiempo que no se consume en una época donde se intenta esquivar el menor gasto.

De hecho, el real este año ha tardado en llenarse. En horario de sobremesa (que en la Feria comienza a la una y concluye pasadas las cinco) hubo menos personas en las casetas que en otras ocasiones. Algunos días se podían contar con los dedos de una mano. La avalancha llegaba pasadas las seis, con el estómago saciado y el dinero justo para una botella de manzanilla o una jarra de rebujito. La merma de público también se ha notado en el paseo de caballos, más despejado que otros años y con menor afluencia de participantes, lo que, por otro lado, ha permitido contemplar mejor los carruajes. El número de licencias expedidas, sin embargo, sigue siendo igual que otros años: 1.400, ya que sus propietarios continúan pagando para no perder los derechos, un coste mucho más ínfimo que el de preparar un carruaje para la Feria (desembolso que supera los 6.000 euros)

El tráfico, del que se temían grandes problemas por las obras en Bueno Monreal, volvió a estar como otros años. Ni más ni menos. Los mismos atascos a horas punta en los accesos. Parece, sin embargo, que empieza a calar el mensaje del uso de los servicios públicos para desplazarse a la Feria, aunque todavía hay muchos que se empecinan en llegar hasta la misma Portada con el coche. Precisamente la Portada ha sido otro de los puntos con cambios, no ya en la cuestión estética (el gusto es libre), sino por una menor concentración de personas bebiendo alrededor de ella, hecho que, no obstante, no ha contribuido a la extinción de la botellona, fenómeno que sigue presente en la Feria, aunque ahora de forma más esparcida, delante, incluso, de las casetas de partidos políticos, como la del PCA (la PCEra) donde el lunes ya había jóvenes consumiendo alcohol.

La política precisamente ha marcado, en parte, la Feria de 2011. No podía ser de otra forma. El hecho de que la pegada de carteles coincidiera con el jueves de farolillos ha influido en la agenda de los candidatos que se han dejado ver en el real (algunos más que otros), hasta donde llegaron, por equivocación de la empresa encargada de colocarlos, los carteles de Zoido, que fueron retirados antes de que las calles se llenaran de gente. A quien sí se ha echado en falta este año sobre el albero es al alcaldable de IU y actual primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos (IU), ausente, al parecer, por problemas de salud.

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