Feria del Libro

Intrigas en La Caridad

  • El autor Félix G. Modroño comparte con los visitantes algunas de las claves de su novela 'La sangre de los crucificados'

En la novela La sangre de los crucificados (Algaida), el doctor Fernando de Zúñiga realiza un viaje por la geografía española del siglo XVII en busca de respuestas a un asesinato. Ayer, algunos afortunados tuvieron la oportunidad de revivir parte de esta aventura: el autor de la obra, Félix G. Modroño, exponía algunas de las claves de esta ficción en uno de sus escenarios más destacados, el sevillano Hospital de la Caridad. Esta curiosa ruta, incluida dentro de las actividades de la Feria del Libro, sigue la estela de iniciativas similares desarrolladas durante otras ediciones, como un itinerario vinculado a la presencia de los templarios en la ciudad o un paseo por los lugares donde transcurría La judía más hermosa, de Fernando García Calderón.

Ante un numeroso y silencioso público -unas cien personas entre las dos visitas que hizo al edificio-, Modroño deja claro que su intención no es tanto "ver La Caridad como una obra de arte, que lo es, sino como el escenario de una novela". Porque el autor quiere aprovechar para su obra, admite, "todos esos lugares que tenemos en España que son maravillosos".

La primera toma de contacto con La Caridad que tuvo Modroño, bilbaíno afincado en Sevilla desde hace una década, fue "hace unos cinco años o así, llevaba un tiempo en la ciudad pero no conocía esto. Un amigo me trajo y me quedé impactado", relata. Las impresionantes pinturas de Valdés Leal -"las representaciones de la muerte más tremendas de la Historia del Arte", asegura el novelista- y la fastuosidad del Barroco fueron dos elementos que le dejaron huella. Pero también le inquietó la biografía de Miguel de Mañara, "al que marcó la muerte de su esposa y que desde entonces lo que quiere es hacer ver lo efímero de la vida, que o hacemos obras de misericordia o vamos al infierno de cabeza". Otra leyenda de la época -las versiones que circulan sobre la talla de El Cachorro esculpida por Ruiz Gijón- invadió por aquellos días la imaginación de Modroño.

El asombro inicial por estos escenarios y personajes dio paso, gracias a un problema de salud por el que el narrador tuvo que guardar reposo, a una trama urdida en esos días de inactividad. Así nació La sangre de los crucificados. Una intriga que, advierte Modroño, es fiel en sus descripciones a la época que retrata, para no caer en los errores de otros. "He leído libros ambientados en la Edad Media y los personajes comían patatas", declara divertido.

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