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Feria del Libro

La Plaza Nueva superó sus marcas con Pérez-Reverte y Matilde Asensi

  • La Feria del Libro de Sevilla aumenta el número de asistentes a los actos y mantiene las ventas pese a las dificultades económicas · Unas 35.000 personas secundaron las más de 250 actividades programadas

La Feria del Libro 2011 tendrá un pie en el Mediterráneo y otro en América, "como no podía ser de otra manera estando en Sevilla", según avanzó ayer el director de esta muestra, Javier López. Hacia el otro lado del Atlántico mirará el próximo año la principal celebración literaria de la capital andaluza, que ayer echó el cierre dejando tras de sí 11 días de intensa actividad, 70 casetas y un balance optimista que contrasta con los datos negativos con los que desayunamos a diario.

Alrededor de 350.000 personas han asistido a las actividades (más de 250) celebradas en los distintos espacios de la Feria. Este aumento de público tiene muchas causas objetivas (desde el buen tiempo a la pluralidad de las propuestas) y cinco nombres propios: Eduardo Mendoza, Arturo Pérez-Reverte, Matilde Asensi, José Saramago y Miguel Hernández. Ellos han logrado (seguidos muy de cerca por María Dueñas y Julia Navarro) que el público haya agotado el aforo de cada una de sus entregas, lo que tuvo mucho mérito en el caso de Saramago, que por motivos de salud no pudo viajar a Sevilla pero cuya figura fue ensalzada por Manuel Chaves y Fernando Gómez Aguilera (autor de José Saramago. La consistencia de los sueños) en uno de los actos más multitudinarios celebrados bajo la carpa central y seguido a través de internet por el Nobel de Literatura. El ciclo dedicado a Miguel Hernández, a cuyo centenario se dedicó esta edición, también deleitó al público y sirvió para actualizar las visiones en torno a un poeta al que Alfonso Guerra calificó como "la única mente creativa de esa generación comparable a Federico García Lorca".

Ayer fue el turno de los agradecimientos y los recuerdos, al hilo de los premios con los que la Asociación Feria del Libro de Sevilla reconoce anualmente a personas, entidades y asociaciones que trabajan para fomentar la lectura. En el acto de entrega, el propietario de la librería Reguera evocó una ciudad muy distinta, la Sevilla de los años 70, "una época ilusionante en todos los sentidos" donde abrieron sus puertas unos negocios que trabajaron para reactivar la vida cultural de un paisaje urbano del que ya no forman parte: La Roldana, Antonio Machado, Seminario, Taller, Proa, Pretil... Aquellos libreros, a las que Julio Reguera dedicó su premio, aplicaron a sus sueños "paciencia, esfuerzo, sacrificio y muchas ganas", la misma receta que él propone "a los proyectos novedosos y atractivos que han tomado el relevo". En la caseta de uno de esos nuevos establecimientos, El Gusanito Lector, firmaba Hipólito G. Navarro ejemplares de su libro El pez volador mientras los galardonados por la Feria del Libro elevaban brindis por la literatura.

Los también condecorados Rafael de Cózar, la Biblioteca Pública de La Rinconada, la editorial El Olivo Azul, la Fundación Tres Culturas, la Asociación Apolo y Baco y la sección de cultura de El Correo de Andalucía fueron así los protagonistas de un acto de clausura que se desbordó de emoción en varios momentos. Uno de ellos, cuando Francisco Vélez Nieto, anterior presidente de la Asociación Feria del Libro, recogió el premio que reconoce su trabajo por consolidar esta cita en la agenda cultural española y, recordando la estrecha relación que existe entre libros, periodismo y libertad, advirtió del deterioro social que conlleva un recorte en cualquiera de estos tres ámbitos.

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