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Feria del Libro

Vivir entre las voces de los otros

  • Javier Reverte relata en una charla su tránsito del periodismo a la ficción y cómo la búsqueda de "lo imprevisto" es la principal motivación de sus abundantes viajes

Javier Reverte, autor de la reciente Venga a nosotros tu reino (Plaza & Janés), novela que presenta estos días en Sevilla, ofreció ayer una conferencia en la carpa de la Plaza Nueva, dentro de la programación de la Feria del Libro. En su intervención, titulada Memoria de un viajero, el periodista y escritor (Madrid, 1944) habló de cómo, después de 20 años trabajando como periodista, "un privilegio, pero muy fatigoso y que hay que saber dejar a tiempo", empezó a sentir la necesidad de contar historias por otras vías.

Autor prolífico, tanto de ficciones como de libros de viajes, faceta esta última en la que es particularmente reconocido, Reverte abandonó el periodismo en 1992, aunque fue un encargo periodístico, ese mismo año, lo que activó su carrera literaria. La revista Panorama, ya desaparecida, le propuso viajar a Sarajevo para firmar una serie de cinco reportajes. A la vuelta, ya en España, y tras haber entregado los reportajes, se dio cuenta de que "uno no elige el género, sino que es al revés". Y además, cuando releyó sus trabajos, reparó en que allí "tan sólo había datos y anécdotas".

De esa insatisfacción surgió su primer libro, Bienvenido al infierno, en el que profundizaba en el horror de la guerra a pesar de que a él los reporteros de guerra siempre le han parecido algo "ridículos". "Son unos señores que cuando regresan te cuentan cuánto peligro ha corrido su vida, pero raramente qué es lo que ha estado pasado de verdad en ese lugar", dice. El escritor recuerda la impactante contundencia de algunas frases que escuchó durante el cerco de Sarajevo de sus habitantes ("este este país hemos aprendido a desconfiar de los conocidos y a confiar en los desconocidos"; o, sobre la pavorosa hiperactividad de los francotiradores, "por el día matan los cuerpos y por la noche, las almas"); frases que le parecieron algo más que literarias por haberlas escuchado de personas normales y en la vida real.

Pero una vez leído su libro de crónicas, también éste le pareció insuficiente. Fue entonces cuando se atrevió a escribir su primera novela, La noche detenida. "Era una necesidad. Por eso imaginé personajes y situaciones que respondieran a la realidad general que vi estando en Sarajevo. Desde entonces, Reverte alterna la ficción y la literatura viajera según se lo pida el cuerpo. Venga a nosotros tu reino, una historia de la España de antes, "de sonido de espadas, sacerdotes implacables y autoritarismo", es lo último que le ha pedido.

Respecto a sus famosas crónicas de otros países, dice que, en realidad, lo que le interesa es "la gente". En este punto, recordó lo que le dijo un amigo: "Antes viajaba para ver en los demás la parte diferente; ahora viajo para conocer en qué nos parecemos". "A mí -continuó el escritor- me ocurre igual. Y sobre todo me interesa desviarme continuamente del camino, asomarme al alma de las personas con las que me cruzo, hurgar en sus interiores; detenerme en lo imprevisto, que siempre es lo mejor, en la literatura y en los viajes".

¿Cuál es el sentido, hoy, de viajar? Javier Reverte sabe que cualquiera pueda ver un documental en la televisión, o documentarse en internet sobre cualquier clase de asunto: desde una perdida comunidad amazónica a la naturaleza de la corteza del planeta Marte... "Es que el sentido de viajar, en el fondo, es encontrar la voz de los otros, confrontar la propia entidad de uno con la realidad exterior, poner a prueba nuestra visión de las cosas, y ésta es la razón por la que me gusta viajar y escribir sobre mis viajes. A esto la televisión no llega".

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