Vino para robar. Argentina, 2013. 106 minutos. Dirección: Ariel Winograd. Guión: Adrián Garelik. Fotografía: Ricardo DeAngelis. Música: Lucio Godoy y Darío Eskenazi. Montaje: Francisco Freixa. Intérpretes: Daniel Hendler, Valeria Bertuccelli, Martin Piroyansky, Pablo Rago, Mario Alarcón, Alan Sabbagh, Luis Sagasti, Juan Leyrado.

Curiosamente sólo hace unos días, el pasado 31 de octubre, se estrenaba en un cine de Islantilla la tercera película de este director, Ariel Winograd, Mi primera boda (2011), que fue toda una sorpresa. Sobre todo porque no es habitual que aquí en plena temporada comercial tengamos en cartel una película argentina, pero también nos llegaba con una demora de dos años que es lo que han tardado los distribuidores españoles en advertir que se trataba de un filme que había logrado una gran taquilla en los cines argentinos. Principal motivo por el que ha llegado a nuestras carteleras. Intentarán repetir la suerte.

Ahora Ariel Winograd irrumpe en el festival con algo inédito en nuestro certamen: una película que es una comedia que combina graciosa y divertidamente lo romántico y lo policial, como si se tratara de un thriller a lo James Bond con aires de Hitchcock y constituyera una buena fórmula para competir con un género en el que Hollywood fue siempre maestro. Tal vez los más ortodoxos puedan fruncir el ceño cuando se trata de todo un festival de cine, pero en un certamen cinematográfico cabe de todo y por qué no también una película como ésta.

No es muy normal un cine de ladrones de guante blanco en lares fílmicos argentinos pero aquí tenemos una intriga con aires humorísticos que participa tanto del cine policíaco más clásico como de la comedia de altos vuelos. Y todo a través de un robo en el que el protagonista, un elegante y hierático galán, se ve estafado por una bella ratera de caras pretensiones. Tanto da una vieja máscara de oro de extraordinario valor antropológico que de una botella de un apreciadísimo y antiquísimo vino de impagable antigüedad. Todo entra en el juego de las continuas sorpresas y del habitual "esto no es lo que parece".

Y el enredo, el entretenimiento y la diversión conjugan una fórmula que, seguro, agrada a un público no muy exigente. En el elenco tanto la muy atractiva Valeria Bertuccelli como el arrogante Daniel Hendler, ajustados a sus respectivos roles, recordarán a los más veteranos espectadores a famosas figuras que encabezaban con ese peculiar talante los más notables ejemplos de este género.