FERIA Toros en Sevilla en directo | Cayetano, Emilio de Justo y Ginés Marín en la Maestranza

Crítica

Las cosas de don Ramón

  • Esperpentos

Esperpentos, la película que hoy se estrena en la Sección Oficial y en la gala inaugural del Festival, es el título, tan propio de las obras del autor original, que en Martes de Carnaval, compone la trilogía así denominada para su emisión en televisión, basada en las obras que Ramón María del Valle Inclán reunió en 1930: Las galas del difunto, Los cuernos de don Friolera y La hija del capitán, que en esta película se ve a través de su versión cinematográfica.

José Luis García Sánchez, el realizador, ya reveló hace tiempo que sentía la "extraña obcecación llevar a Valle Inclán a la televisión". Y no ha sido la primera vez puesto que el director salmantino ya adaptó para el cine dos obras del escritor gallego: Divinas palabras (1987) y Tirano Banderas (1993). Pienso, no obstante, que el cine español no ha sabido aprovechar completamente las posibilidades de una ejecutoria teatral y novelística perfectamente apetecible para la propia expresión cinematográfica.

Esta versión tiene, además, la virtud de contar con el guión, en colaboración con el director, de Rafael Azcona, dicen que él último que escribió, el más brillante sin duda de los guionistas de nuestra cinematografía, y en cierto modo, muy identificado con la visión valleinclanesca de España, que sigue siendo esperpéntica, hipócrita, marrullera y contradictoria, como comprobarán los espectadores en esta perspectiva de tres de sus obras donde se denuncian sarcásticamente los males endémicos de nuestro país, sumido siempre en la corrupción, la prevaricación, el tráfico de influencias y tantas otras trapisondas, además de los riesgos del ruido de sables, las tentaciones golpistas y los "sacrificados" por la patria, que nunca faltan.

José Luis García Sánchez, sigue fiel a su sentido de la comedia, y se sirve de estos esperpentos de Valle Inclán, tan atinado conocedor de los comportamientos de los españoles, y tan crítico siempre con la sociedad de su tiempo, avivando la crítica social y política y el antimilitarismo con la inclusión de gente de la milicia en sus obras, como aquí vemos. Sin embargo más que al inteligente esperpento del autor, aquí la intención propende más a la grotesca caricatura. Conserva, sin embargo, actitudes y el lenguaje propio del texto original, articulado conveniente e interesadamente, y cuenta con una interpretación admirable, sobre todo de Juan Luis Galiardo, tan dado a la sobreactuación en ocasiones, pero con poderío expresivo suficiente, junto a Juan Diego, enorme siempre, Adriana Ozores, Antonio Dechent, María Pujalte y un cuadro de secundarios magnífico.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios