Carmina y amén. Sección Oficial. Comedia, España, 2014. Dirección y guión: Paco León. Intérpretes: Carmina Barrios, María León, Paco Casaus, Yolanda Ramos, Teresa Casanova, Mari Paz Sayago, Manolo Solo, Estefanía de los Santos.

Había algunas dudas, pero el segundo episodio -y último, según su director Paco León- de la saga Carmina es un más que digno sucesor de la primera propuesta, y ofrece al espectador exactamente lo que espera.

Tras los problemas económicos de la primera entrega, Carmina (Carmina Barrios) debe en esta ocasión afrontar el súbito fallecimiento de su marido, cuyo cadáver decide ocultar un fin de semana en su salón, a fin de hacer tiempo para cobrar la pensión mensual del cabeza de familia. Al plan se sumará su hija María (María León), en trámites de montar un centro de estética, y con los mismos apuros económicos.

La propuesta no es delicada y los gags son, en ocasiones, de dudoso gusto, pero los León Barrios tienen mucho pulso de calle, indudable vis cómica y convierten el film en nada más -y nada menos- que en una experiencia desternillante para el público mayoritario, con un guión que abandona el falso documental para bordear la comedia de enredos, y que coquetea esporádicamente con el drama y la actualidad.

Quizá de estructura más errática que en su primer capítulo y sin el calibre rupturista de este, Carmina y amén vuelve a vertebrarse en el carisma de su protagonista, y en la imprevisibilidad de sus reacciones. Por si fuera poco, en el nuevo fresco del extrarradio sevillano aparecen indefinibles personajes secundarios -interpretados nada menos que por Estefanía de los Santos, Manolo Solo o Yolanda Ramos, entre otros-, que acuden al rescate de los momentos más detenidos.

Cierto, cinematográficamente no pasará a la historia, pero sería torpe no considerar esta variante (¿cine televisivo?) como un enlace robusto e inteligente hacia el grand public, aquél que se desconectó progresivamente de la gran pantalla en los últimos años. Nadie protestará al salir por el precio de la entrada.