Crítica 'Zoe'

Superhéroes por el desagüe

zoe. España, 2015. Dirección y guión: Ander Duque. Intérpretes: Zoe Gavira, Rosalinda Galán.

En una secuencia de Zoe, Gema baña a su hija de cinco años. Mientras la seca, la niña reclama su muñeco de Supermán, que yace boca abajo en el agua, mientras la bañera se vacía. La secuencia está rodada en un espacio minúsculo, se escucha regular, los planos apenas respiran y el foco está raspado por decirlo suavemente. Pero emociona.

Y es que el debut en el largometraje de Ander Duque no es una cinta para buscar grandilocuentes intenciones estilísticas: no es un docudrama, no es cinema verité, aunque pudiera invocar ambas cosas. Y sin embargo, en contraposición a la propuesta igualmente modesta de Julie hace dos días, Zoe funciona y obtiene resultados como filme emotivo y cargado de mensaje. Y esto pese a los colores lavados, el sonido estridente, las miradas a cámara y las actuaciones amateur. Poco importa.

Sí se resienten, como es lógico, las (innecesarias) secuencias con mayor carga de diálogo, donde Gema (encarnada por una titánica Rosalinda Galán) se desfonda para sacar petróleo de sus ten con ten con el resto del reparto. Y resulta un cuerpo extraño en la película una cuenta atrás como interludio entre algunas escenas, lo que resuena a pecado de debut. Pero a pesar de esto, los instantes de vida capturados por Duque -por más aleatorios y cotidianos que estos puedan resultar- destilan tanta honestidad como inocencia y consiguen con ello hacer olvidar la escasez de recursos, gracias a reflejos e intuición de cine grande.

Aunque resulte inevitable volver al poso dejado por Techo y comida el año pasado, es de elogiar una propuesta que regresa a un asunto tan delicado como necesario: la relación madre-hija en un contexto de crisis, de soga al cuello y desahucio, de rachas en las que la coyuntura obliga, como en otra poética secuencia, a bailar en un cuadrado. Duque propone y sale victorioso. La cinta, parafraseando a la bisabuela de Zoe cuando habla de su hermano, "no tenía nada… y se hizo poeta. Con dos cojones". Superhéroes, quizá.

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