Un poco de encanto femenino no le viene mal a la Fórmula 1. Está sentada sonriente y responde a las preguntas de los periodistas. Siempre con amabilidad y corrección. De vez en cuando, se le mezcla levemente el dialecto austríaco, sobre todo, cuando Monisha Kaltenborn Narang habla en alemán. Es la mujer fuerte en un mundo totalmente masculino. Su segunda carrera como jefa de escudería este domingo en Greater Noida es muy especial. Y es que Kaltenborn nació en la India.

"Desde que viajo a todos los Grandes Premios, me falta el tiempo para realizar viajes privados a la India", relató la madre de dos hijos, que hasta hace poco era directora ejecutiva del equipo suizo Sauber. Desde hace dos semanas, Kaltenborn, de 41 años, es también oficialmente la jefa de la escudería.

Por eso, Kaltenborn está en el centro de las miradas. No pasa un día sin que los diarios indios informen sobre la primera mujer que dirige una escudería de la Fórmula 1. Y hay quienes la creen capaz de más cosas, aunque Kaltenborn no tiene ninguna ambición de ocupar el puesto más alto de la clase reina del automovilismo.

"Lo cierto es que con mi tarea actual estoy muy feliz y que tengo grandes metas con este equipo. O sea que no hay intenciones en ese sentido", dijo en una entrevista. Sin embargo, ya se la mencionó para ese puesto. Cuando se enteró, sonrió, según contó. Su tranquilidad es una de las características de su personalidad que puede considerar de origen indio, dijo hace poco.

Dejó aquel gigantesco país con sus padres cuando tenía ocho años. Hasta entonces, la familia vivía en el norte de la India, más exactamente en Dehradun. Después de que Viena se convirtiera en su nueva patria, Kaltenborn estudió derecho. En 2000 ingresó a Sauber como jefa de la sección legal. En 2010, se convirtió en directora ejecutiva. Y hace dos semanas se convirtió oficialmente en jefa del equipo privado de Peter Sauber. "Estoy muy segura de que Monisha tiene todas las herramientas para ser una excelente jefa de equipo", dijo Sauber, de 69 años, sobre el nombramiento.

Para el mundo exterior, sin dudas, cambiaron muchas más cosas con este título que para ella misma y sus empleadas y empleados, comentó Kaltenborn. Pero que un poco de encanto femenino no dañará a la Fórmula 1 es algo que ella ya descubrió como directora ejecutiva: "Cuando en algún caso hubo en juego algo más de encanto femenino sin dudas no fue una desventaja".

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