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Elecciones

El terrorismo provoca el mayor choque entre Zapatero y Rajoy

  • El candidato socialista asumió su compromiso de apoyar al Gobierno "sin condiciones" en la lucha contra ETA · El líder del PP acusó al presidente de negar la realidad en materia económica y ser "incapaz" de ofrecer soluciones

El terrorismo volvió a ser en el segundo debate televisado entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy el punto más caliente de la discusión. El desencuentro entre ambos contendientes llegó a su instante más áspero, escenificando así la crispación que ha caracterizado la anterior legislatura. Tanto uno como otro, posicionándose como virtuales líderes de la futura oposición prometieron que apoyarían al Gobierno en la lucha antiterrorista. Eso sí, con matices.

Zapatero asumió el compromiso de que, sea cual sea el resultado de las elecciones del próximo domingo, el PSOE apoyará al Gobierno en la lucha antiterrorista, "sin condiciones". Rajoy replicó que ha asegurado hoy que apoyará al Ejecutivo "si quiere luchar contra ETA", pero no si "negocia" con la banda terrorista. La temperatura de la disputa subió grados cuando el candidato socialista recordó que bajo su mandato como presidente del Gobierno, ETA se ha cobrado cuatro víctimas mortales, a diferencia de la última legislatura del PP, en la que fallecieron 238 personas en atentados terroristas. De inmediato, y sin esperar su turno, Rajoy criticó a Zapatero porque "no creía yo que iba a presumir de tener menos muertos".

También la economía, y en especial las de las familias, ocupó buena parte del eje central del debate celebrado anoche.

El presidente del Gobierno prometió acometer varias medidas para reactivar la economía en este momento de desaceleración, mientras el líder del PP, Mariano Rajoy, le acusó de "negar la realidad" económica y por ello ser "incapaz" de afrontarla. Zapatero enumeró las seis medidas económicas que pondrá en práctica de manera inmediata si gana las elecciones, que aseguró serán "efectivas y constructivas", frente al "catastrofismo" del PP.

El presidente del Gobierno volvió a acusar a Rajoy de no haberse preocupado por la economía hasta los últimos meses y de que al líder de la oposición le ha importado "un bledo" la economía de las familias hasta ahora.

Por su parte, Rajoy, a quien Zapatero le acusó la semana pasada de haber dedicado a la economía sólo tres minutos de media en cada debate sobre el estado de la nación, aseguró que la primera pregunta de control que le hizo al presidente en esta legislatura fue sobre economía, extremo que éste negó.

El líder del PP también tuvo acusaciones para Zapatero, y especialmente dura fue la de haber hecho cosas "letales para la seguridad pública", como "intervenir en la vida de Endesa" y "organizar opas desde fuera". Rajoy recordó también sus principales promesas para reactivar la economía, como las de bajar el IRPF y el impuesto de sociedades, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, que son las que, subrayó, más riqueza y empleo crean.

Para esta reactivación, Zapatero prometió adelantar el plan de infraestructuras para compensar la caída en la construcción, construir 150.000 viviendas de protección oficial y recolocar a los parados del sector, además de recordar la deducción de 400 euros, la extensión gratuita del plazo de las hipotecas.

Asimismo se comprometió a propiciar un acuerdo con el sector de la distribución para reducir los márgenes de los precios de consumo, y a crear un observatorio que compare los precios de los distintos proveedores y estimular la competencia.

Pese a estas propuestas, Rajoy le recordó a Zapatero que la tasa de inflación estaba en el 2,1 por ciento cuando el PSOE llegó al poder y ahora se sitúa en el 4,4 por ciento -según el indicador adelantado de febrero-, ejemplo que utilizó para acusar al Gobierno socialista de no haber hecho reformas económicas en estos cuatro años.

El candidato popular insistió en que el PSOE ha vivido la mayor parte de esta legislatura de la "herencia" recibida del PP y de la "inercia", porque Zapatero "ha preferido dedicarse a otras cosas" como a negociar con ETA o a "hacer cábalas con España", con las reformas estatutarias.

Rajoy prometió que, si llega al Gobierno, lo primero que hará será elaborar una ley que permita garantizar que todos los ciudadanos puedan mandar a sus hijos a estudiar castellano, sea el colegio que sea. La política lingüística centró gran parte del bloque de política institucional, en el que Rajoy instó a Zapatero en varias ocasiones a que le aclarase si apoyaría la citada ley y le ha acusado de apoyar las sanciones a los comercios que en Cataluña sólo rotulan en castellano.

Zapatero culpó a Rajoy de enfrentar a unas comunidades con otras e incluso a ciudadanos de una misma autonomía a costa de la lengua y le ha recordado que la política lingüística actual es la misma desde hace veinte años. Fue en este apartado en el que ambos oponentes se reprocharon mutuamente haber dividido a los españoles.

"El PSOE es el eje central de la democracia en España", subrayó el presidente, antes de recordar que los socialistas han estado en "todos los consensos desde la transición", como el constitucional, el autonómico o antiterrorista, y "siempre sin condiciones". Sin embargo, a juicio de Rajoy, es el PP el que está "en el centro de este país en este momento". "Usted pierde la perspectiva porque se ha ido hacia otro lugar", le dijo, antes de asegurar que el PSOE lo que ha hecho ha sido inaugurar las obras que el PP había puesto en marcha, al tiempo que le censuró por hacer promesas para el año 2020, que "queda un poco lejos".

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