Es una de las semanas de la moda más influyentes en la que las mejores firmas se dan cita. La Semana de la Moda de París arrancó con las promesas del diseño, cuya visión de la ropa del futuro, al menos la del próximo otoño-invierno, presenta tintes apocalípticos. Ahora les ha llegado el turno a los veteranos: el neón de Yves Saint Laurent y la reivindicación feminista de Dior inundan una capital gala volcada con las tendencias.
París se apaga y se enciende el desfile de Saint Laurent. Sus propuestas se definen en dos líneas: la noche más divertida y colorida y, por otro lado, la sofisticada sensualidad de la figura femenina. También deja lugar para el animal print y la superposición de estilos. Volúmenes y lazos de estructura XXL compiten con el neón, pero dejando claro que el escenario de Saint Laurent es la noche y que la elegancia más sexy es su esencia para el éxito.
Tres años después de haber lanzado las camisetas feministas que convirtieron a toda la industria de la moda rápida en una fábrica de mensajes de empoderamiento, Dior volvió a la carga en París con una colección comercial que recupera los grandes éxitos de su diseñadora, Maria Grazia Chiuri. Sisterhood is Powerful, Sisterhood is Global y Sisterhood is Forever (La sororidad es poderosa, mundial y para siempre), títulos de las obras de la poetista feminista estadounidense Robin Morgan, se convirtieron en la nueva serigrafía de las camisetas básicas. En la pasarela, la italiana, al frente del diseño de la marca desde 2016, se fijó en las Teddy Girls, homólogas femeninas de los Teddy Boys, una de las primeras subculturas británicas, lo que le permitió repasar las siluetas de los años 50, donde fue clave el New Look, creado por Christian Dior en 1947. Esto le permitió recuperar las amplias cazadoras masculinas, las faldas con vuelo y las chaquetas de cuero en estampados típicamente ingleses como el punk cuadro bicolor (negro y rojo o negro y verde) o el tartán que revistió monos en lana con escote palabra de honor sobre jerséis a modo de polo, abotonado hasta el cuello. Pero ni con estas Chiuri se deshizo de las prendas que ha convertido en icono: vestidos princesa, faldas plisadas en tul, zapatos sin talón con cintas decoradas con el nuevo logo de la casa y, por supuesto, las camisetas feministas.
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