Pasarela

Queen Elizabeth

  • Sellos, postales, monedas, billetes, lienzos, serigrafías... La imagen de la reina Isabel II es la más reproducida de la historia.

"God save de queen" dice el himno. Y los autoretratos. Isabel II puede presumir de ser la mujer más poderosa del mundo. Nadie, en este planeta, puede decir que su imagen es la que más se ha reproducido de la historia. Ella sí. Ha aparecido en billetes, monedas, sellos postales, medallas, fotografías, serigrafías, obras de arte, lienzos... Una famosa juguetería londinense, Hamley's, le hizo hasta su propio Lego y acompaña a los usuarios del transporte público del Reino Unido plasmada en sus tarjetas prepago del metro. Su imagen, como si de un espejo se tratara, le rodea, y encima puede sentirse orgullosa de haber sido muy bien tratada en cada uno de sus retratos durante sus más de sesenta años de reinado. Desde que era una jovencísima reina hasta la señora octogenaria que es hoy. Su imagen acompaña a los ciudadanos de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Barbados, Bahamas, Granada, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Belice, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves, además del Reino Unido: los Reinos de la Mancomunidad de Naciones. El mismísimo Andy Warhol -que también la ha retratado en alguna ocasión- dijo en su día que deseaba "ser tan famoso como la reina de Inglaterra". Pero eso es casi imposible. Sólo hay una.

Isabel II celebró su 88 cumpleaños ayer (nació el 21 de abril de 1926) y lo ha hecho, cómo no, distribuyendo un nuevo retrato oficial con aires muy british. La reina no oculta sus años en esta fotografía del veterano David Bailey, en la que posa sonriendo, sin lucir uno de sus famosos sombreros y con un fin concreto: promocionar la imagen del Reino Unido en el exterior. Desde su fotógrafo de cabecera Sir Cecil Beaton hasta Dorothy Wilding pasando por los mencionados Warhol, Bailey o Lucien Freud, la estela omnipresente de la reina Isabel II sigue imparable.

Una mujer de récord. Sólo le queda un año para superar a su tatarabuela, la reina Victoria, que estuvo 63 años y siete meses ocupando el trono británico, y tres para celebrar su 70 aniversario de boda con el príncipe Felipe, duque de Edimburgo. Reina desde la cuna, con hambre de poder casi por vocación. Su primogénito, el príncipe Carlos, cuenta que a él y a sus hermanos los bañaba con la corona puesta. Elizabeth es así, muy queen.

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