Pasarela

Talley, sueños de papel

  • El admirado editor de 'Vogue' ha sido el invitado especial de la 080 Barcelona Fashion Week

  • Su estilo, su bagaje, su carácter lo convirtieron en una figura decisiva de la moda

André León Talley es el más influyente gurú de la moda para lectores de medio mundo a través de la revista 'Vogue'.

André León Talley es el más influyente gurú de la moda para lectores de medio mundo a través de la revista 'Vogue'. / Magnolia

"¿Cómo sobreviví en aquel ambiente de opresión en los Estados Unidos? Con mis valores, los que me inculcó mi abuela, mis tías. Porque creo en Dios, tengo fe y creo en mis antepasados". El joven André vivía en Durham, Carolina del Norte, en un pueblo de blancos donde los negros además de segregados eran literalmente rechazados en todos los ámbitos. Se crió en "una casa pobre pero limpia", de la que recuerda con evocación golosa las tartas que le preparaba su yaya. El gusto por la exquisitez francesa lo halló en las recetas de la mítica cocinera televisiva Julia Child. En aquel ambiente de desprecio de los blancos las misas de los domingos eran el momento en el que los afroamericanos apretaban las manos y la furia y, con sus mejores galas, convertían la salida del templo en una seductora pasarela para imaginaciones como la del pequeño Talley. En el exigente instituto donde estudió los profesores pedían a esos alumnos de futuro incierto que se esforzaran. "El éxito es la mayor venganza", era el lema que ponían a sus espaldas. Cuando se veía a los pies de la torre Eiffel, como la persona más influyente en el mundo de la moda de Francia y Estados Unidos comprendió que todo ese esfuerzo titánico, lleno de sueños y de ganas de ilusionar a los demás, merecía la pena.

Su estampa de más de dos metros, con sus capas que se han convertido en su estilo más reconocible, deja boquiabiertos a los presentes. André Leon Talley ha sido el invitado especial de la 080 Fashion Week de Barcelona, puerta de la moda del verano junto a la pasarela madrileña. El modernista recinto de Sant Pau ha sido de nuevo anfitrión y donde Leon Talley ha mostrado parte de su experiencia y marcado carácter. "Mi ropa es mi armadura", reconoce, y no renuncia a los caftanes más ampulosos y toda la ropa vintage que llega a convertirlo en un icono de otro tiempo, en un actor de otra época, sin importarle si supera lo extravagante, porque a fin de cuentas la vida se confunde con lo onírico, como aprendió junto a Andy Warhol. En sus reportajes para Interview o Vogue aplicaba su bagaje cultural elevando en dimensión los propios diseños. "Las revistas de moda te hacen soñar, lo que debía ser la vida", dice de él el diseñador Tom Ford en el documental El evangelio según André. La mítica editora Anna Wintour lo resume con que "hace sentir al lector su sueño", reconociendo que es quien sabe más que nadie sobre la moda y la costura. Tanto Wintour como Talley se convirtieron en ficción en la conocida película El diablo viste de Prada. Sus personalidades inspiraron a sus protagonistas y Nigel (traslación de André) instruye a la becaria Andy, como sigue haciendo con sus mejores amigas del sector. Ha bregado durante décadas en pro de los afroamericanos, insiste en que aún tiene que haber más modelos negras en las pasarelas y toda la ensoñación por las metas que podía conseguir con Obama se le desvanecieron en un segundo cuando vio a aparecer a Trump por la Casa Blanca. De Melania prefiere reservarse las opiniones. Le elevan como el "Nelson Mandela de la moda".

En Barcelona ha dictado sus códigos, sigue creyendo firmemente en las publicaciones de papel, en el papel de recomendación de los expertos frente a las individualidades de las redes sociales. Papeles que engloban un cosmos de sueños, aunque se sienta "un dinosaurio". Esas fantasías como las que se le despertaron en una visita mítica a España, a Sevilla, para Vogue, con una musa para los modistos como Naty Abascal junto a la condesa de Romanones y la duquesa de Alba. En aquella ocasión contó como fotógrafo a Lord Snownden y recuerda con cariño su estancia en Jerez, sorprendido por los jamones, "con esas patas colgando por los restaurantes".

Exquisito y epicúreo, no nos confundamos, era una de las almas del mítico Studio 54 de Nueva York en sus tiempos de orgías, pero él "sólo iba a bailar". Asegura no haber conocido al amor y cuando Karl Lagerfeld lo invitó a su habitación pensó que podía estropear lo que parecía una bonita amistad. En realidad el diseñador lo que quería era agasajarlo con prendas y más prendas. El dúo Lagerfeld-Talley marcaron época y distinción. Desprecia los comentarios sobre su sexualidad y sobre con quién pudo estar. Lo desmiente todo. Le ha gustado siempre verse rodeado de muchos amigos, de relaciones creadas a través de una pasión común por la moda. De su valedora, Diana Vreeland, resalta la docencia para convertirle en quien es a través de tantos años de trabajo en Interview. Los kilos le han superado más que los años, pero sigue siendo aquel periodista sabio que en el front row era mirado por todos para adivinarle las reacciones. En la 080 barcelonesa ha vuelto a dejar estilo y personalidad. "Todo el mundo puede ser editor de moda", opina Talley. Pero sólo él, realmente, es el editor que no necesita de presentaciones.

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