Pasarela

Una alfombra sobria y correcta

  • Penélope Cruz reapareció sola en unos Oscar en los que no estuvo plenamente acertada con su 'look'. Anne Hathaway defraudó, mientras Cate Blanchett supo estar a la altura.

La noche más importante del cine, también lo es de la moda. La alfombra roja de los Oscar no defraudó pues por ella desfilaron las principales tendencias de la temporada. Los detalles peplum (superposiciones a la altura de la cadera), los escotes en uve y los diseños cubiertos de cristales, pedrería o paillettes son lo último, y lograron añadir un extra de brillo a una velada sin estridencias. La corrección uy la sobriedad fueron las máximas a seguir por las estrellas del celuloide. Entre todas ellas brillaron de forma especial dos españolas: Penélope Cruz, en su reaparición siete meses después de dar a luz, y Elsa Pataky, espléndida y embarazadísima de gemelos.

gustos variados

El vestido asimétrico de Giambattista Valli que lució nuestra Pe, pese a que no puede ser considerado uno de sus estilismos más acertados, recibió ayer tantas críticas como alabanzas. Su escote asimétrico fue lo mejor; lo peor, el lazo negro debajo del pecho, color en el que también combinó los complementos (bolso y zapatos). Este año le tocó acudir sin su marido, Javier Bardem, y lo hizo muy sonriente y enfundada en un diseño rosa palo de inspiración griega muy de su estilo con el que entregó dos estutillas. De nuevo fue fiel a uno de sus tradicionales recogidos, el moño alto, y como única joya llevó unos pendientes largos de brillantes. No pecó de excesos, si bien tampoco deslumbró como otras veces.

La segunda española incondicional de la ceremonia es Elsa Pataky que, con un vestido verde turquesa de transparencias firmado por Elie Saab y su avanzado estado de gestación, lideró el equipo de las actrices en estado de buena esperanza de la red carpet, integrado también por Kerry Washington y Olivia Wilde. Ésta última, de negro y sencilla al máximo, resultó la premamá más acertada. Pataky, por el contrario, falló en el corte de su vestido, que acentuaba demasiado sus lógicas redondeces.

las peor vestidas

La más desafortunada de la noche con su look para hacer el paseíllo d e entrada al Teatro Dolby, tal y como le ocurrió el pasado año al elegir a Prada para recoger su estatuilla, fue la actriz Anne Hathaway, que esta 86 edición se decantó por un Prada en negro con cuerpo de pedrería muy semejante al otro que acentuaba su extrema delgadez, junto con un maquillaje nada favorecedor.

Aunque hay que decir que el único que dio la nota fue el cantante y compositor Pharrell Williams, nominado este año al Oscar a Mejor Canción, saltándose todo protocolo con un pantalón corto, con camisa y pajarita eso sí, y zapatos sin calcetines. Hasta Lady Gaga estuvo contenida con un vestido malva y plateado muy alejado de sus habituales modelitos de carne o transparentes con tacones imposibles.

Las actrices de negro no convencieron. Emma Watson, con un vestido demasiado oscuro para su juventud, dejó a todos sorprendidos, y no para bien. No estuvo a la altura de una estrella joven que suele marcar tendencia. Julia Roberts, con un Givenchy negro, tampoco está en su mejor momento. Ni siquiera Angelina Jolie, que marcó un antes y un después con su vestido de interminable raja que dejaba ver su pierna, convenció con un Elie Saab plateado que no realzaba precisamente su figura. Siempre no se puede acertar.

las mejor vestidas

Si hubiera que elegir un ganador, sería el vestido dorado y de brillos de Cate Blanchett, una d elas protagonistas de la gala. Un Armani muy en la línea del diseño de Jolie, pero mucho más agraciado sobre la percha, pues le quedaba como un guante. Sandra Bullock, fiel al escote palabra de honor con un vestido azul noche, tampoco iba mal. El Versace de Kate Hudson también estuvo a la altura de las circunstancias. Como el Dior rojo de Jennifer Lawrence. Fue la alfombra del saber estar, no del deslumbrar.

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