Pasarela

"No me dejo llevar por falsos caminos de humo"

  • El artista hace balance de un momento actual que pasa por la celebración de su exitoso décimo aniversario en el mundo de la música.

Devuélveme la vida fue la melodía con la que tocó el corazón de millones de seguidores que, desde entonces -y ha pasado ya una década-, lo han señalado como uno de los cantantes más destacados de la música española. Muy vinculado a Andalucía, este catalán de voz rasgada ha logrado que, a pesar del paso del tiempo, su popularidad no solo no descienda sino que, tal y como ha comprobado en Hispanoamérica, vaya en aumento. Así, Antonio Orozco regresa, tras pasar un año al otro lado del Atlántico, con Diez, una completa revisión a una trayectoria donde, aparte de su profesión, destaca como un entregado padrazo. Más completo, imposible.

-¿Qué ha sucedido para que llevemos tanto sin saber de usted?

-Pues que he dado un paso que tenía que dar y se han alineado los planetas a favor. Un día te levantas y te das cuenta de que, una canción tuya, lleva ocho semanas en el número uno de las listas de Colombia. Empiezan a surgir compromisos y, al final, transcurre tiempo.

-¿Nos ha echado de menos?

-Claro que sí. Me he adaptado más o menos bien pero eso no significa que no haya sentido la necesidad de regresar. Cocido y puchero he comido poco (risas).

-¿Cuál es la meta de toda esta lucha?

-Igual que antes. La finalidad es crear una obra para compartirla con la mayor cantidad de gente. No me dejo llevar por falsos caminos de humo. Soy feliz y, aunque he pasado demasiadas horas separado de mi familia y de mi niño, creo que he hecho lo adecuado.

-¿Cómo ha resistido tantos meses sin ver a su hijo?

-Bueno, él viene conmigo. Soy un padre al estilo antiguo. De los de circo que van con la caravana y todos los suyos alrededor. A veces me preguntan si será bueno pero no nació en un seno de profesores de escuela. Pertenece a un clan de músicos y por eso viaja con nosotros. Me pegaría un tiro si no fuera de esta forma.

-¿Podría contarme, a propósito del título del álbum, algunos de sus diez mandamientos personales?

-Un buen jamón español de vez en cuando (risas). Pasear por Cádiz, un atardecer en la Caleta, la paella valenciana, mis amigos el domingo por la mañana, un buen bocata de calamares en Madrid, un martinete de Camarón a las seis de la tarde en cualquier país americano, la zona de espera en el aeropuerto de Dallas… Y por encima de todo, humildad y serenidad.

-Hagamos balance…

-No cambiaría nada. Lo malo te ayuda a recomponerte, a aprender, a ser mejor persona; lo bueno ha sido buenísimo (risas). En todo caso, lo más negativo es la falta de tiempo y la distancia.

-¿Ha tocado techo?

-Para nada. Ni lo he visto todo, ni siento que esté en ninguna parte. Me quedan demasiadas cosas por hacer. ¡Pobre de aquel que piense que ha llegado a algo!

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