La Semana de la Moda de París se acerca a su fin con los desfiles ayer de Céline, Valentino y Balenciaga, tres grandes que mostraron su lado más étnico y sofisticado.

Desde que Pierpaolo Piccioli se quedó al frente de Valentino sin la compañía creativa de Maria Grazia Chiuri, la expectación ante las presentaciones del italiano han aumentado. Ayer su colección mostró un nuevo romanticismo de líneas rectas y un toque sexy nada obvio. Los primeros diseños del director creativo se centraron en todas las declinaciones existentes del rosa y, además, en su combinación con el rojo; pareja inesperada pero efectista que ha terminado convertida en una de las grandes tendencias de la próxima temporada otoño invierno 2017-18.

Céline, por su parte, subrayó con la nueva colección que presentó ayer en París su gusto por los modelos minimalistas, por ejemplo con el negro combinado con tonos mucho más efectistas, como un verde botella muy llamativo.

Vivienne Westwood ya no diseña ropa, ya que le entregó el control creativo a su marido, Andreas Kronthaler, el año pasado, p ero sigue siendo la estrella de sus desfiles, como demostró el sábado en París interviniendo como modelo. Con abrigos oversize y complementos disparatados, la marca retoma su lado más excéntrico.