Pasarela

Cómo poner la mesa en verano

  • El periodo estival no sólo trae cambios de tendencia en la ropa, sino también en las comidas y cenas, que se vestirán con más color y detalles frescos y juveniles

Al igual que en verano uno no viste con telas gruesas, tampoco lo hace la mesa. Y al igual que el color impera en el armario de los meses de calor, también lo hace cuando uno se sienta a comer. De esta manera, el naranja, el azul tuquesa o el verde hierba se cuelan en la mesa, no sólo en mantenes, sino en cubertería o vajilla. Pero el color no es la única innovación. Los platos adquieren formas divertidas, alejándose del clásico modelo redondo, y pasan a vajillas, por ejemplo, cuadradas. Para los más atrevidos, lo ideal es mezclar piezas de distintas vajillas, de formas y colores diferentes, y así crear una mesa de lo más veraniega y juvenil.

En cuanto a los cubiertos, no es necesario que sean de plata (a no ser que se trate de una ocasión especial), basta con que sean de acero inoxidable y de un diseño lo menos recargado posible. En verano también hay hueco para cuberterías con mangos de pasta, eso sí, que sean en colores intensos. Hay que tener en cuenta que nunca se ponen más de tres cubiertos por lado, y que se colocan de fuera hacia dentro según el orden de uso; y acordarse además si se va a necesitar algún cubierto especial, como pinzas para caracoles o tenazas para mariscos en cenas o comidas más formales.

La servilleta para estas ocasiones es de 60 por 60 centímetros, pues es la más elegante. La forma correcta de colocarla es doblada en forma de rectángulo o triángulo a la izquierda del plato o encima si éste es llano. Para estos eventos se descartan las servilletas formando pajaritas, flores o colocadas dentro de los vasos. En el día a día, hay más libertad, y lo más cómodo son las servilletas de papel en colores alegres o, la más básica, el blanco.

Una opción que también puede pasar a los platos. Si se opta por una vajilla blanca, se le puede dar un toque distinto poniendo bajoplatos grandes o llamativos, que contrasten con la simplicidad del blanco. Respecto a protocolo, el bajoplato permanece en la mesa hasta que se tenga que servir el postre. Una pieza que también es muy recurrente en las mesas de verano es el cuenco o bowl, sobre todo en las comidas o cenas ligeras, ya que permite que sólo haya que utilizar un plato llano para la carne, el huevo o el pescado, y echar mano del cuenco para el gazpacho, el arroz, las salsas o la ensalada. Aunque para esto último hay unas piezas en forma de luna que se ajustar al contorno de un plato redondo y que son perfectas para una reuniones desenfadadas.

Si se quiere añadir algún tipo de decoración, el centro es la mejor manera de completar la mesa. Es fundamental que no sean demasiado altos para que no impidan la visibilidad entre los comensales y que no estén muy perfumados. Una idea distinta es hacer un centro muy veraniego a base de conchas cogidas de la playa o de frutas a juego con el mantel o las servilletas, como manzanas en caso de que sean verdes o naranjas si son de ese color. Un último apunte: los candelabros sólo son adecuados para las cenas.

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