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Los retos económicos de Trump

  • Si se mantienen tal cual, las propuestas del nuevo presidente de EEUU pueden producir cambios significativos, dañinos para la clase media que lo ha votado y para el comercio mundial

L style="text-transform:uppercase">a inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas, ha producido una sacudida en todas las bolsas internacionales, aunque se han recuperado en la jornada posterior a las elecciones. Pero es un anuncio de lo que puede ocurrir si el nuevo presidente adopta medidas radicales que modifiquen profundamente la orientación de la política económica.

En el ámbito interno, las propuestas económicas del nuevo presidente pueden producir cambios significativos.

En el área de los impuestos personales, los actuales siete tramos de renta serán reducidos a tres. El tipo federal máximo es del 39,6%, para rentas superiores a 400.000 dólares al año. Trump propone reducirlo al 33%. También en el resto de tramos, lo que representará una reducción generalizada de los mismos. Esto va a suponer, como media, una bajada de impuestos de un millón de dólares al año para el 1% con mayor nivel de renta.

Para el impuesto de sociedades, propone una reducción del actual 35% al 15%. Con esto pretende, básicamente, resolver el problema que tienen las grandes multinacionales, que acumulan enormes cantidades de dinero (hasta un billón de dólares) en paraísos fiscales, para evitar el pago del 35%. Además, convertiría a EEUU en un país muy competitivo para invertir, por los menores impuestos a pagar.

Esta rebaja de impuestos generaría una importante reducción de la recaudación para el Gobierno federal, provocando un aumento del déficit estructural y una mayor necesidad de emisión de deuda pública para cerrar la brecha recaudatoria. Adicionalmente, la desigualdad en la distribución de la renta empeoraría. Desde el año 1975, el índice de Gini -que mide la desigualdad en la distribución de la renta- ha aumentado de manera sostenida. Solo a partir del 2013, durante el mandato de Obama, ha empezado a reducirse. Un nuevo aumento va a perjudicar justamente a muchos de los que han votado a Trump: una clase media que, excepto para este año, ha visto cómo sus rentas se estancaban o disminuían durante las dos últimas décadas.

En el ámbito del comercio internacional, las propuestas de Trump pueden causar conflictos muy fuertes con el resto del mundo. Aun conociéndolo sus asesores, este mensaje lo ha dirigido hacia los votantes de estados industriales (Pensilvania, Ohio, Indiana), que son los más afectados por el acuerdo comercial Nafta con México y Canadá, por la competencia de China y Corea y, en el futuro, por otros países asiáticos firmantes del acuerdo comercial Transpacífico.

Imponer un arancel del 45% a las importaciones chinas y un 35% a las mexicanas representaría un duro golpe a los intercambios comerciales entre ambos y, con seguridad, rompería el NAFTA y provocaría la respuesta de esos países hacia EEUU.

En el caso de China, hay un aspecto colateral de primer nivel. Actualmente, el gigante asiático es el primer comprador del mundo de deuda pública emitida por el Gobierno federal norteamericano. Una posición dura hacia las exportaciones chinas activaría una reacción de las autoridades de ese país, con la probable venta de grandes cantidades de deuda pública, lo que provocaría un desplome importante del dólar, una subida anticipada de tipos y una elevada incertidumbre acerca del futuro de las relaciones comerciales internacionales. Este escenario sería catastrófico para todo el mundo.

Respecto de los inmigrantes, actualmente hay unos 11 millones ilegales, de los que 8 millones trabajan, representando el 5% de la mano de obra. Expulsarlos a todos produciría efectos gravísimos en el mercado de trabajo, porque la mayoría de ellos no serían cubiertos por inmigrantes legales o norteamericanos, provocando el cierre de muchas empresas. Además, volverían a hacerse daño los propios votantes de Trump. Los inmigrantes no solo desempeñan los trabajos que otros no quieren hacer, sino que están revitalizando amplias zonas geográficas absolutamente despobladas (las dos Dakotas Idaho, Montana, etc.) que los norteamericanos abandonan porque no ofrecen buenas expectativas profesionales. Las uvas o los ajos se iban a quedar sin recolectar en las grandes zonas agrarias de California.

Algunas otras malas noticias se refieren a la reforma que pretende llevar a cabo de la reforma sanitaria de Obama, aunque no ha definido con precisión cual será la alternativa.

Otra de las propuestas que están sembrando una extraordinaria inquietud, se refiere a su denuncia de los acuerdos medioambientales alcanzados en París. Trump es un negacionista del deterioro del planeta, alineándose con las posiciones más conservadoras de los republicanos, notablemente influidos por las investigaciones sesgadas de algunos centros de investigación de Washington, por los intereses de las compañías petroleras y de electricidad -que financian esas falsas investigaciones- y con la colaboración lamentable de The Wall Street Journal.

No obstante, no todas son malas noticias para los ciudadanos. Ha anunciado una subida del salario mínimo por hora, desde los actuales 7,5 dólares hasta los 10. El permiso de maternidad pagado se incrementaría.

Y una buena noticia que beneficiará especialmente a las empresas españolas, es el plan de gastar un billón de dólares (casi el equivalente al PIB de España) en infraestructuras. Con tipos de interés próximos al 0% y un estado de las infraestructuras lamentable, tiene todo el sentido económico, con una rentabilidad social muy elevada.

ACS, Ferrovial y hasta seis grandes empresas de ingeniería civil españolas cuentan con una presencia extraordinaria. Construyen autopistas túneles u obras previas de trenes de alta velocidad. Si la participación de estas empresas resulta tan exitosa como hasta ahora, tendrán asegurados unos años próximos extraordinarios. Todos los presidentes se rodean de equipos técnicamente competentes. Esperemos que Trump también lo haga y que estos suavicen, en gran medida, algunas de las medidas que anunció durante la campaña electoral.

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