Crónica del Jueves Santo Jueves Santo de memorias y esperas bajo la lluvia

El tiempo El tiempo en Sevilla para la Madrugada

Investigación

Acción humana y terremotos

Luis Villalba

El novelista estadounidense Jonathan Franzen publicó en 1992 una novela titulada Strong Motion (Movimiento fuerte), que gira sobre la posibilidad de que los temblores de tierra recurrentes en una zona próxima a Boston fueran provocados por prospecciones de gran profundidad para el almacenamiento de residuos. La tesis de que la acción humana sobre el subsuelo puede provocar seísmos, sospechada y temida desde hace décadas, ha recibido una validación científica durante este año 2012 gracias a un estudio publicado en octubre en la revista Nature Geoscience. 

Dirigidos por el español Pablo González, de la universidad canadiense de Western Ontario, un equipo de científicos ha llegado a la conclusión de que el terremoto acaecido en Lorca en mayo de 2011, que causó nueve muertos, trescientos heridos y cuantiosas pérdidas materiales, fue provocado y agravado por la continua explotación de los acuíferos de la zona. Los expertos comprobaron, gracias al análisis de datos obtenidos por satélite, que la pauta del movimiento de la falla guarda correlación con los cambios en la corteza terrestre ocasionados por un descenso de doscientos cincuenta metros del nivel de agua natural subterránea desde los años sesenta. La desaparición de esas bolsas de agua provocó una fractura en la roca desencadenando el seísmo y amplificando al mismo tiempo su alcance destructivo. Este estudio demuestra por primera vez que alteraciones aparentemente inocuas en el subsuelo pueden provocar sacudidas tectónicas con resultados desastrosos. 

 

Sin duda a partir de ahora habrá otros estudios que limitarán o matizarán la importancia de este descubrimiento, pero ya no se podrá ignorar la evidencia de que hay que permanecer alerta ante las perturbaciones originadas por la acción humana. La desfragmentación de roca para producir gas y otras técnicas extractivas que están revolucionando el panorama de la energía, así como la explotación de aguas subterráneas por todo el planeta,  exigen un mayor conocimiento de la geología terrestre y estudios específicos que permitan prever o eviten estos seísmos que se podrían definir como antinaturales por ser producto de la civilización. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios