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Justicia y sucesos

El Guadalquivir, puerta de entrada de droga a Europa

  • Los numerosos canales y las marismas del Guadalquivir permiten a los narcotraficantes camuflarse con facilidad.

El Guadalquivir lleva años siendo una de las vías más activas de entrada de hachís a Europa. Las características geográficas del río hacen de él una zona muy difícil de vigilar y una alternativa perfecta al Estrecho de Gibraltar, vigilado estrictamente desde que empezaran a llegar pateras a las costas gaditanas. Los numerosos canales y las marismas del Guadalquivir permiten a los narcotraficantes camuflarse con facilidad entre embarcaciones de recreo o pesqueras. Además, cuenta con muchas zonas de sombra para los radares y las comunicaciones. Pese a ello, a lo largo del año 2008 se multiplicaron los alijos de droga realizados por la Guardia Civil en el río.

Entre enero y septiembre los agentes del instituto armado decomisaron 72.000 kilos de hachís, cuando el año anterior se aprehendieron 56.000 a lo largo de todo el año. En los primeros nueve meses del año fueron detenidas 60 personas relacionadas con el tráfico de drogas por el río. Además, se intervinieron 37 embarcaciones y 22 vehículos.

Las continuas operaciones antidroga han llevado al Ministerio del Interior a instalar en el Guadalquivir un equipo de radares similares a los del Estrecho de Gibraltar. Es el llamado SIVE (acrónimo de Sistema Integrado de Vigilancia Exterior), una tecnología capaz de detectar embarcaciones a diez kilómetros de distancia y dotada de cámaras de vídeo de gran alcance y de visión nocturna con infrarrojos que permiten identificar todos los barcos que se encuentran en un radio de cinco kilómetros. Estas cámaras envían la señal a un centro de control gestionado directamente por la comandancia de la Guardia Civil en Algeciras.

Mediante este método, Interior espera interceptar a los narcotraficantes a la entrada del río, sin darles la oportunidad de remontarlo y adentrarse en la zona de canales y marismas. El sistema ha dado resultados muy positivos en los últimos años a la hora de frenar las oleadas de inmigrantes ilegales en el Estrecho.

Uno de los golpes policiales más importantes del año fue la desarticulación de una banda de traficantes que había introducido 60 toneladas de hachís entre enero y abril. La llamada operación Carabela supuso la detención de 11 personas y el alijo de 5.100 kilos de esta droga.

Como casi todas las redes que operan en el Guadalquivir, la droga que transportan procede del norte de África y sólo está de paso en Andalucía. Estas organizaciones suelen disponer de algún lugar para almacenar los estupefacientes cerca de la ribera del río, generalmente en polígonos industriales o urbanizaciones de los municipios de Coria, Puebla del Río, Isla Mayor y Dos Hermanas. Generalmente su destino final son países como Gran Bretaña, Holanda o Alemania.

Los traficantes suelen emplear distintas tácticas para introducir la mercancía en España, que van desde hacerse pasar por pescadores de angulas –una práctica muy habitual sobre todo en la zona de Isla Mayor– hasta utilizar lanchas muy potentes que alcanzan velocidades superiores a los cien kilómetros por hora.

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